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El Barça se sacude la presión con una sonrisa

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FC BARCELONA - SEVILLA
Iniesta, el mejor del partido, trata de superar la marca de Enzo Maresca.

El Barça no se desmorona ante el acecho del Madrid. A la pírrica victoria de los blancos ante el Getafe, los azulgranas responden con una goleada al Sevilla casi sin despeinarse (4-0), con el manchego Andrés Iniesta en plan figura.

Los de Guardiola dejaron la sensación de que la Liga no es cosa de dos, como refleja la clasificación, sino de uno y medio. Ello es debido a que donde el Madrid pone épica y sufrimiento, el Barça pone alegría y virtuosismo con el balón.

Además, su rival no depende de sí mismo y si tiene que apoyarse en los "favores" de otros, lo lleva mal con "ayudas" como la del Sevilla. El conjunto de Manolo Jiménez no estuvo a la altura de su clasificación -tercero- pero sí de la distancia que le separa del líder: nada menos que 24 puntos.

Y todo esto con Messi en el banquillo. Su sustituto, Andrés Iniesta, fue más que digno; sobresaliente. El de Fuentealbilla abrió el marcador cuando algunos ni se habían sentado (minuto 2) y asistió los dos siguientes, de Eto'o y Xavi.

Los tres volvieron locos a los defensas sevillistas, comandados por Squillaci y Escudé, formando una sociedad perfecta, que tuvo al francés Henry de invitado de lujo por la banda izquierda.

El francés cerró el marcador en el minuto 54, justo cuando pretendía ceder el balón a Eto'o en lugar de intentar su típico disparo con rosca desde el pico del área, que intentó por activa y por pasiva.

El mejor inicio

En favor del Sevilla es justo admitir que no es nada fácil empezar un partido con un gol en contra. Eso es lo que le ocurrió con el tempranero gol de Iniesta; un soberbio gol que se sacó de su chistera con una rosca precisa desde el semicírculo del área.

Pero no es menos cierto que Maresca con la cabeza vendada y Romaric son la merienda de dos colosos como Keita y Touré. Con la medular sevillista anulada, las únicas opciones de ataque de los de Jiménez pasaban por las bandas.

Ahí sí pusieron algo de voluntad Capel y Navas -que jugaron a pierna cambiada-, sobre todo el primero. Dos pases del joven extremo andaluz fueron malogrados por el segundo y por Kone.

El marfileño -cero goles en Liga- salió de inicio sorprendentemente en lugar de Kanouté -16 goles- y la apuesta le salió rana al técnico. Sin embargo, la salida del maliense en la segunda parte tampoco cambió el guión.

El Barça no cedió la posesión de la pelota ni cuando aflojó el pistón. Y prueba de que lo aflojó fue el tercer gol: Iniesta ve la internada de Henry por la izquierda del área y el francés cede a Eto'o... que se para en el punto de penalty. El camerunés se la devuelve a Iniesta... que también se para, ante la pasividad de la defensa hispalense. Después de un tiempo en el que habría podido tomarse un café, se la da a Xavi, que la mete por la escuadra desde la frontal del área.

En resumen, el Barça mira de reojo y con cierta superioridad la presión de su único rival por el título de Liga, contestando con unas cifras de récord: 26 victorias en 32 partidos, más que el 'Dream Team' y a dos de los 28 que dejó el Madrid de 1988.

El 'pichichi' Samuel Eto'o ya lleva 27 goles en Liga, dos más que Villa, batiendo su propia marca personal. Y Valdés, otrora cuestionado, lleva siete partidos sin encajar un gol y está a dos del récord que dejó Miguel Reina en 'Can Barça'. Con estos números, ¿quién se atreve?