El Barça deja escapar vivo al campeón
- Los azulgranas pierden ante el CSKA por 78-82
- Siskauskas, el hombre clave del equipo ruso
- El Barça jugará la final de consolación contra Olympiacos
- Todos los datos del partido
Enlaces relacionados
El Barça ha acariciado su segunda Final Four con la yema de los dedos, pero ha caído ante el campeón, el CSKA de Moscú por 78-82 en un final de infarto. Los de Xavi Pascual han tenido a los rusos a su merced, pero éstos han sacado la casta en el último cuarto para darle la vuelta al partido.
Gran parte de culpa la ha tenido el número 9 Siskauskas, el mejor de los suyos con 28 puntos y un recital de triples en la manga definitiva. El alero ha otorgado a Ettore Messina, tetracampeón hasta la fecha, su novena final de la Euroliga.
Pocas veces un inicio tan solvente acaba con un castigo tan cruel. El Barcelona arrancó acelerado, consciente de que un ritmo alto de partido le favorece frente a la batuta de los rusos, siempre pausada. El CSKA prefiere anular al rival y después, jugar. Pero el Barça le alteró el guión a base de triples. Cuatro lanzamientos exteriores impulsaron al equipo de Xavi Pascual (14-4, min. 4) y descolocaron al CSKA.
Sólo al final del primer cuarto reaccionó el CSKA. Lo hizo con la fe propia de los campeones y apoyado en la dirección de juego de Holden para recortar diferencias. Entre el último minuto del primer periodo y el arranque del segundo firmó un parcial de 4-12 para colocarse a tres puntos (21-18, min. 12).
Sin estridencias, el CSKA se fue acercando. Anotó su primer triple en el minuto 16, gracias a Smodis. Otro triple de Holden permitió al equipo de Ettore Messina empatar poco antes del descanso (30-30).
Para entonces, Navarro ya se había cargado con tres faltas. Grimau cobró su cuarta personal en el inicio del tercer cuarto. La carga de faltas pareció lastrar al Barcelona, obligado a administrar un marcador muy ajustado (47-46, min. 27).
El CSKA volvió a igualar el marcador (52-52. min. 28) gracias a un triple de Siskauskas, el gran salvavidas del CSKA en los momentos decisivos del partido. Aún en el cierre del tercer cuarto mandaba e Barcelona (56-54), pero la tendencia del partido comenzaba a cambiar.
Con todo por decidir, Siskauskas emergió para rescatar al CSKA al mismo tiempo en el que al Barça se le apagó la luz. El equipo azulgrana enterró sus porcentajes de acierto exterior y no encontró a sus jugadores de referencia. Navarro apareció cuando el partido ya agonizaba. De Ilyasova y Fran Vázquez apenas hubo noticias. Lakovic, efervescente en el arranque, se diluyó después del descanso. Tampoco supo el Barcelona cerrar el rebote. El panorama del partido comenzó a ensombrecerse.
El CSKA se puso por delante en el minuto 34 (61-62) con un triple de Siskauskas. No volvería a verse por debajo. El lituano anotó tres triples consecutivos en un parcial asombroso, 0-11.
Basile y Navarro, con sendos triples, apuraron las opciones del Barça (69-72, min. 38). Demasiado tarde para el equipo azulgrana. El CSKA se maneja bien en las distancias cortas y compite en los partidos decisivos con la fe de los campeones. Apenas sufrió para meterse en la final.
El Barcelona acabó resignado a su suerte, sometido por la inspiración de Siskauskas y obligado a pensar en una próxima ocasión. La culpa la tuvo el CSKA de Ettore Messina, que vuelve a la final de la Euroliga, como es costumbre.
CSKA - Panathinaikos, la final
La final la jugarán CSKA y Panathinaikos después de la victoria de los de 'Zelko' Obradovic en el derbi griego por un emocionante 84 a 82.
Sin desmerecer la tensión que rodean a estos partidos en el campeonato griego, la segunda semifinal de la Euroliga no se decidió hasta la última posesión, que fue para los de Giannakis, aunque Bourousis no acertó su gancho para forzar la prórroga.
El acierto de Pekovic, máximo anotador con 20 puntos, Batiste, Spanoulis y Jasikevicius, sobre todo en los triples -cuatro de seis- decidieron el partido para los blanquiverdes.