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El Espanyol acaricia la permanencia

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Román Martínez celebra junto al centrocampista Iván De La Peña su gol.
Román Martínez celebra junto al centrocampista Iván De La Peña su gol.

El Espanyol prolongó su excelente racha de resultados y derrotó a un Valencia (3-0) que llegaba eufórico a este encuentro, pero que se vio superado por un rival que a base de fe, de trabajo y de convicción ha resucitado y que incluso puede soñar con un final de Liga tranquilo.

La metamorfosis del conjunto blanquiazul ha sido increíble. Ha pasado de ser un equipo muerto y enterrado a convertirse en uno de los mejores del campeonato, según demuestran los números. Cuarta victoria consecutiva y quinto encuentro sin recibir un gol para derrotar a un equipo de Champions, que acabó apisonado por los locales.

El Valencia fue más rival que los últimos equipos que han visitado el Estadio Olímpico recientemente. El conjunto dirigido por Unai Emery salió muy metido y desde que dio comienzo el partido fue el auténtico protagonista.

El Espanyol, que últimamente no había sufrido demasiado, se tuvo que multiplicar en defensa para atajar las peligrosas combinaciones entre Silva, Villa y Mata, tres de los mejores atacantes del campeonato. Los delanteros aprovecharon muy bien el flojo papel de los dos laterales blanquiazules, que se vieron desbordados siempre en la primera mitad.

El equipo de Pochettino no fue el Espanyol alegre de las últimas jornadas y sus aproximaciones al área contraria fueran escasas aunque bastante peligrosas. De la Peña supo ubicarse bien por detrás de Marchena y Baraja y eso le permitió fabricar alguna ocasión de peligro.

Los de Pochettino no encontraron la manera de sacudirse la presión y se hicieron fuertes en defensa para intentar sorprender a la contra. La apuesta del entrenador argentino, aunque arriesgada, acabó dando sus frutos.

Luis García, quien todavía sigue fallón de cara a puerta, malogró una magnífica ocasión. Tamudo, algo mejor que en anteriores encuentros, tampoco encontró la recompensa. Sí lo hizo Román Martínez, el pichichi del Espanyol, que enganchó un zurdazo desde el balcón del área que sorprendió a César (1-0).

La decisión de Pochettino de dar entrada al centrocampista argentino en lugar de Iván Alonso fue determinante. Con Román, el conjunto españolista tuvo más posesión de balón y se desmelenó en ataque. César tuvo que multiplicarse para detener el bombardeo al que le sometieron Nené, Luis García y Tamudo.