El campeón cae en Mallorca
- El Mallorca remonta el gol inicial de Eto'o
- Guardiola da descanso a titulares habituales
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El Mallorca deslució la fiesta del FC Barcelona por el doblete -campeón de la Copa del Rey y de la Liga- al infligirle la cuarta derrota de la temporada, aunque los azulgranas pudieron evitarla en el último minuto del descuento con un penalti fallado por el camerunés Samuel Eto'o.
Lo que era una fiesta del Barça en el Ono Estadi acabó, al final, con la euforia desatada en la filas baleares, que remontaron el gol de Eto'o en la primera parte con un tanto del venezolano Juan Arango y otro del brasileño Cléber Santana. El Mallorca sigue imbatido en la segunda vuelta en su campo.
El doblete de los azulgranas y la permanencia de los mallorquinistas aplazó el debate futbolístico en la primera parte para dar paso a una gran fiesta en la gradas, con banderas y cánticos, en una tarde plácida, calurosa, que invitaba más a la playa, y totalmente desprovista de tensión competitiva.
En el Ono Estadi no había nada en juego y eso se notó en las alineaciones de los dos equipos, plagadas de ausencias, y en el mismo desarrollo de un partido jugado, en muchas sus fases, al ritmo de un entrenamiento.
El Mallorca se había exigido mantener la imbatibilidad en su estadio -no pierde desde el 11 de enero ante el Real Madrid (0-3)- en la segunda vuelta, pero debía superar la ausencia de sus principales referencias defensivas, Nunes y David Navarro, lesionados.
Con una defensa improvisada, el equipo de Gregorio Manzano pagó esa circunstancia con el gol de Samuel Eto'o (min. 10) -ya suma 29-, que cabeceó sin oposición el balón a la red.
El Barca, con la mente ya puesta en la final de la Champions, el próximo día 27 en Roma contra el Manchester United, tampoco quería estropear sus estadísticas en el Ono Estadi, donde ha ganado en sus últimas siete últimas visitas.
Pep Guardiola dio descanso a la mayoría de los titulares y alineó a los no habituales, como Martín Cáceres, Alexander Hleb, Eidur Gudjohnsen junto a dos jugadores de filial, el meta Oier Olazábal y el centrocampista Xavi Torres. También jugaron Dani Alves y Abidal, bajas en Roma por sanción, y Eto'o, que busca el trofeo al máximo goleador de la Liga.
El dominio azulgrana fue, a ratos, absoluto. La velocidad de Pedro y la habilidad de Bojan causaron auténticos estragos en los primeros 25 minutos. Eto'o (mins. 15 y 23) pudo aumentar el marcador, al igual que Hleb (min. 43), que disparó al cuerpo de Moyá cuando lo encaraba libre de marcaje.
El Mallorca buscó mucho a José Manuel Jurado y el guineano Alhassane Keita, pero apenas se acercó a la meta defendida por Oier Olazábal. El único remate balear se registró en el minuto 33, precisamente, a través de Jurado, cedido por el Atlético de Madrid.
El Barcelona pudo sentenciar el partido en la primera parte, pero se encontró con un espléndido Miguel Ángel Moyá, que salvo el cabezazo de Eto'o, lo paró todo.
El conjunto "rojillo" salió con más ganas en la reanudación, con más actitud, dispuesto a no seguir siendo un convidado de piedra en la fiesta azulgrana.
Pero las ocasiones seguían siendo del Barça, y especialmente de Eto'o, que se desesperaba con cada parada de Moyá que le impedían aumentar su ventaja en el trofeo 'pichichi'. El camerunés, con la complacencia de Dani Alves, lanzó hasta los saques directos (min. 60) para marcar, pero sin éxito.
En el minuto 71, el venezolano Juan Arango falló de forma estrepitosa al estrellar un remate en el cuerpo del meta Oier, pero poco después, el futbolista sudamericano enmendó su error marcando un golazo de falta directa.
El empate dio alas al Mallorca y dejó aturdido al Barcelona, que hasta ese momento jugaba a placer. Poco después, un cabezazo del brasileño Cléber Santana provocó el delirio en las gradas. Se había consumado un 2-1 que muy poco hubiesen imaginado viendo el desarrollo del partido.
Así y todo, Eto'o pudo empatar con un cabezazo que se estrelló en el larguero en el minuto 90 y fue el gran protagonista de la jugada final, un penalti que él mismo había provocado y que estrelló en el palo derecho de la portería de Moyá.