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Hieren con cuchillos a dos aficionados en Roma

  • Un seguidor del Manchester y un americano confundido con un hooligan fueron acuchillados
  • La policía detiene en un control a dos españoles que portaban armas blancas
  • Roma vive un auténtico peregrinaje, que no se conocía desde la muerte de Juan Pablo II
  • De los más de 30.000 hinchas ingleses que han llegado, hay 5.000 sin entrada
  • No se vende cerveza en varios barrios de Roma ni en los alrededores del estadio

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Dos personas han sido acuchilladas en las últimas horas en Roma. Se trata de un seguidor del Manchester y un americano confundido con un hooligan inglés. El estado de ambos es leve.

Hay cuatro detenidos, pero ninguno por estos hechos. Dos hinchas ingleses fueron arrestados la pasada noche porque la emprendieron a puñetazos con la policía. También han sido detenidos dos españoles a los que, en un control de carretera en Civitavecchia, se les han incautado varios cuchillos y distintos objetos contundentes.

Incidentes aparte, esto es una torre de babel futbolística. La ciudad eterna vive un auténtico peregrinaje bíblico porque Roma es hoy la tierra prometida. No se conocía tal afluencia masiva de personas desde la muerte de Juan Pablo II. Cincuenta mil foráneos llegan aunados por la pasión del fútbol y sus colores. Y vienen hasta de Israel para ver a mesías como Pujol, Iniesta y Xavi.

Desde primera hora de la mañana están llegando aviones, cada diez minutos, procedentes de Barcelona. Son 20.00 los blaugranas los que está previsto que lleguen a Roma, sin embargo, los ingleses los superan, unos 30.000 seguidores de los diablos rojos. 5.000 hinchas británicos han llegado sin entrada, y esto es lo que más preocupa a las fuerzas del orden.

La seguridad es una obsesión para que nada estropee la fiesta mientras se disfruta de un asfalto erosionado de banderas, cánticos y pronósticos sin lugar para la indiferencia.

Hay cosas que no tienen precio por mucha puja que se haga. "Esto no vale 3.000 euros, vale muchísimo más. No la vendo ni de broma", cuentan dos aficionados venidos desde León y Madrid.

No se vende cerveza en varios barrios de Roma ni en los alrededores del estadio olímpico. Menos mal que algo ha bajado la temperatura, hay muchas calles cortadas, todo para garantizar la seguridad y tranquilidad que, de momento, domina. Ahora los dos equipos son gloriosos reciben cánticos y loas de sus aficiones. Una hora antes de media noche sólo uno tendrá la corona de laurel que distingue al victorioso en la tierra de los emperadores.