Victoria blaugrana de guante blanco

• Hubo fiesta en Roma antes, durante y después de la final
• Los seguidores permanecieron en el estadio tres cuartos de hora
• Algunos trataron de de humedecer su alegría en la Plaza de España

Al final el sueño fue realidad. Fiesta en Roma y celebración antes, durante y después de la final, a la espera de que lleguen los informes de la policía sobre lo ocurrido durante esta madrugada.

Al pitar el final del partido, nadie se quería mover del estadio. Era tan bonito  vivir un sueño que todos los seguidores permanecieron tres cuartos de hora más en el Estadio del sueño del triplete convertido en realidad.

En la calle, grupos de aficionados se congregaron en diferentes puntos de la ciudad, cantando el himno y agitando las banderas. Pegarse un baño en una de las grandes fuentes de Roma fue objetivo logrado en algunos sitios, como el Fontanone donde está la residencia del embajador de España.

Otros, trataron de humedecer su alegría en la Plaza de España . A estos les vigilaban y cuando se metieron en la fuente apareció un nutrido grupo de policía para que la fiesta no degenerase.

No hubo baño, pero eso no sofocó la apoteosis. Pese a que estamos hablando de una victoria blaugrana, la final ha sido de guante blanco. Se puede poner un diez a las dos aficiones que han demostrado la grandeza del fútbol como factor unificador dentro de las diferencias.

Cuando volvía a casa, lejos de las zonas de bullicio, a primeras horas de la madrugada, me encontré a gente tranquilamente sentada en terrazas, parejas que charlaban, paseantes nocturnos... Y me di cuenta que había mundo más allá de la final y personas a las que le importó poco todo lo ocurrido en el Olímpico.

Ellos se lo pierden, pensé, porque vivir la comunión ganadora de miles de almas en torno a un mismo objetivo tiene algo de catarsis alucinógena.