Sufrida permanencia para el Sporting
- Los gijoneses estuvieron media tarde en Segunda, pero lograron la necesaria victoria
El Sporting logró la permanencia en Primera División al superar a un Recreativo que se adelantó en el marcador y sembró el desconcierto en jugadores y aficionados, que al final del encuentro no pudieron contenerse e invadieron el campo en una improvisada fiesta que apunto estuvo de haberse convertido en un drama [Todos los datos del partido].
La afición del Sporting esperaba a un Recreativo de Huelva poco menos que un figurante sin frase, pero los onubenses quisieron apoderarse del papel protagonista y no sólo fueron mucho mejores que los locales en los primeros 45 minutos sino que marcaron un gol que situaba al equipo gijonés en Segunda.
El equipo de Preciado no dio una a derechas en toda la primera parte con un centro del campo inexistente y una defensa tan nerviosa como en sus peores tardes y el resultado fue que ambas combinaciones permitió a un equipo ya descendido jugar casi a placer dominando el balón y el tiempo del partido.
Con todo, la primera gran oportunidad fue para Diego Castro en el minuto ocho al recibir un buen pase entre los dos centrales de Pedro, el mediapunta rojiblanco dribla al portero pero el balón se le queda un poco atrás y la defensa llega a despejar.
En esta jornada en la que estaban prohibidos los marcadores simultáneos, todo El Molinón saltó al unísono al oír por los transistores el gol del Real Madrid en el Reino de Navarra que condenaba aún más al Osasuna al pozo de la Segunda, pero la alegría duro apenas cinco minutos cuando de la misma manera se supo el empate pamplonés.
Al Sporting le seguía valiendo ese resultado ya que para mantener la categoría tenía que lograr el mismo resultado que el Osasuna pero lo que se veía sobre el césped no daba lugar a mucha relajación porque las imprecisiones en el pase eran continuas y los nervios de la defensa provocaban constantes fallos.
Media tarde descendidos
En un balón bombeado Martín y Gerard saltan a por el balón y el delantero recreativista parece que hace falta, pero Iturralde González no señala nada y Martín dispara desde 24 metros raso y pegado al poste superando la estirada de Cuéllar y dando un mazazo a los 24.000 espectadores reunidos en el municipal gijonés.
El gol aumentó el nerviosismo en el campo y en la grada hasta el punto de que empezaron a escucharse algunas protestas en contra de varios futbolistas como Gerard o Michel, que no estaban teniendo su tarde.
En los últimos diez minutos el Sporting se volcó sobre la portería de Riesgo pero el portero estuvo muy seguro y resolviendo con acierto los intentos ofensivos de los sportinguistas.
Al borde del descanso la grada pidió airadamente una posible mano de Quique Álvarez en su área pero el árbitro, situado a escasos metros mandó continuar la jugada en medio de una bronca general.
A la carga en la segunda parte
La salida del Sporting en la segunda mitad nada tuvo que ver con la del inicio del partido y el acoso a la meta de Riesgo fue total con dos ocasiones de Diego Castro a las que respondió Riesgo con dos grandes intervenciones pero la actitud de los rojiblancos no tenía nada que ver con la de la primera mitad.
La grada volvió a empujar y uno de los ataques el balón llega a Barral, que lanza un tiro cruzado al que no llega el portero onubense estableciendo el empate y devolviendo al Sporting a Primera.
Con los rojiblancos celebrando el gol la grada estalló de nuevo al oír por las radios gol en Pamplona pero la realidad supuso el segundo mazazo de la tarde porque el que marcaba era el Osasuna y la vuelta sportinguista a Primera duró dos minutos.
En ese carrusel de infartos el siguiente estallido lo provocó un canterano, Luis Morán, que acaba de saltar al campo y en una jugada calcada a la de Barral se internó, dribló a su par y chutó cruzado superando a Riesgo y devolviendo a su equipo a la máxima categoría.
Pero el Recre no se vino abajo y siguió creando peligro ayudado porque el Sporting reculó para defender su ventaja, algo que nunca supo hacer en toda la temporada, lo que propició que en el minuto 72 Martín rematara sólo fuera cuando lo más fácil hubiera sido marcar.
El último cuarto de hora prácticamente no se jugó porque las interrupciones fueron constantes y aunque el Recre lo intentó no fue capaz de crear peligro por más que el Sporting perdía el balón con mucha facilidad, lo que provocaba el nerviosismo de la afición que en el pitido final invadió el terreno de juego a pesar de las advertencias por megafonía para que no lo hicieran.