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El italiano Furlan gana la segunda etapa

  • Cadel Evans se mantiene de líder

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Furlan celebra la victoria en el podio.
Furlan celebra la victoria en el podio.

El italiano Angelo Furlan, del equipo Lampre, se aprovechó del hundimiento del belga Tom Boonen a escasos metros de la meta para adjudicarse por velocidad la segunda etapa de la Dauphiné Liberé, la más larga de la presente edición, una jornada en la que la lluvia no impidió que el australiano Cadel Evans (Silence) mantuviera el jersey de líder.

Furlan, de 31 años, ganó en un esprint atípico en el que el británico David Millar (Garmin) claudicó a 50 metros de la pancarta de llegada cuando marchaba escapado con un puñado de segundos de ventaja. Le tomó el relevo el belga Tom Boonen (Quick Step), quien lanzó un ataque que se antojaba definitivo, pero a escasos 15 metros de la línea se desfondó y dejó en bandeja la victoria a Furlan.

El corredor italiano relegó al suizo Markus Zberg (BMC) y al propio Boonen, con un tiempo de 5h.35.04 en el trayecto de 228 kilómetros que unió las localidades de Nancy y Dijon. El pelotón llegó con diversos cortes a escasos segundos, con los favoritos incluidos.

Una etapa que se cerró con algunos sustos por la aparición de la lluvia, lo que obliga que, sobre todo los hombres fuertes de la carrera, tomaran precauciones para evitar caídas y guardar sus puestos en la general. Evans salvó el día con 8 segundos de ventaja sobre Alberto Contador (Astana) y 23 respecto a Alejandro Valverde, los dos españoles que optan al triunfo.

Una escapada de salida con cinco corredores: los españoles Iñaki Inaki (Euskaltel) y Héctor Gonzalez (Fuji), el alemán Paul Voss y los franceses Stéphane Augé y Alexandre Pichot animó la jornada. Un quinteto que no suponía peligro para la alta jerarquía de la carrera ni para los esprinters, que tuvo permiso para poner asfalto por medio.

Despué de 60 kilómetros alcanzaron una máxima ventaja de 10 minutos, poco después de que el pelotón tuviera que aguantar el paso de dos trenes en un paso a nivel, hecho considerado por la organización "como un lance de la carrera".

Lampre y Quick Step, a la caza

La fuga mantuvo una buena relación a la hora de colaborar, pero el Lampre y el Quick Step pretendían otro desenlace de la etapa, por lo que estiraron al grupo a ritmo de caza.

Con las diferencias a pique, aún aguantaron el tirón Augé y Pichot, pero sólo hasta 7 kilómetros de meta.

Con el pelotón a toda máquina trató de sorprender el británico David Millar, hambriento de éxitos. Recolectó una decena de segundos y puso ritmo de contrarreloj. Su antigua potencia en la materia le olvidó a cincuenta metros de la meta, donde saltó Boonen, en principio implacable.

Pero al belga campeón del mundo en Madrid'05 también la abandonaron las energías cuando ya olía su reencuentro con la victoria. Se echó a un lado para que Angelo Furlan, que había saltado a su rueda, se hiciera con el primer triunfo de la temporada. Justo premio para el Lampre, que trabajó para alcanzar la gloria, y la encontró el velocista. que dejó su sello en la Vuelta a España 2002 con dos etapas.

Mañana se disputa la tercera etapa entre Tournus y Saint-Etienne, de 182 kilómetros.