Mosley planta cara a la FOTA sugiriendo su continuidad
- "Debo reflexionar sobre si mi decisión de no presentarme a la reelección fue la correcta"
- Los ataques de los equipos podrían motivarle a no dejar la FIA en octubre
El presidente de la Federación Internacional del Automóvil, Max Mosley, aseguró que la intención de los equipos rebeldes es el de su dimisión, pero dejó claro que esto sólo es cuestión de su organismo, además de reiterar que podrían emprender "acciones legales" si se organiza un Mundial paralelo de Fórmula 1.
"En las últimas semanas, ha quedado claro que uno de los objetivos de los equipos disidentes es que yo debería dimitir", señala Mosley en una carta enviada a los miembros del organismo y que recoge la revista 'Autosport'.
Por ello, el mandatario, en el cargo desde 1993 y que recibió el pasado año un voto de confianza para continuar hasta este mes de octubre tras su escándalo de tinte sexual, advierte que podría seguir dirigiendo el organismo.
"A la luz del ataque al mandato que se me confió, debo ahora reflexionar sobre si mi decisión original de no presentarme a la reelección fue la correcta. Es cuestión de la FIA y sólo de la FIA decidir su liderazgo democráticamente, no de la industria del motor y aún menos de los individuos que la industria elige para gestionar sus equipos de Fórmula 1", subraya.
De todos modos, Mosley podría alargar su presencia en el sillón presidencial por un año más, aunque "no por más tiempo", aclara. "Las dificultades en la que las escuderías me han puesto provocan que, aunque yo quería dejarlo en octubre, me será muy difícil", afirma en el escrito.
No entiende la actitud de los equipos
Sobre la FOTA, Mosley considera que su acción es "un ataque al derecho de la FIA de reglamentar el Mundial". "Peor aún, es una crítica injustificada y un desafío directo a la estructura y misión de la FIA", confiesa.
"Ningún presidente de la FIA puede consentir que esto suceda sin réplica. Estamos preparando acciones legales, para proteger nuestros derechos en los campeonatos y para disuadir a los equipos rebeldes de la ejecución de acciones ilegales", añade al respecto.
Finalmente, recuerda que "el elemento catalizador" del conflicto es su intento de reducir los costes para ayudar a los equipos independientes, y por ello ve "extraordinario que ahora que los cinco grandes constructores están en dificultades financieras y dependen del dinero de los contribuyentes, los equipos amenacen con la creación de un Mundial alternativo para evitar la reducción de costes".
"Queda por ver si los jefes de las compañías consienten tal desperdicio de preciosos recursos", sentencia.