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Un año después de la Eurocopa que nos cambió

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La noche más gloriosa de la historia del fútbol español. El triunfo de un estilo, el fútbol de toque, de un grupo de amigos en la Eurocopa 2008, tuvo su culmen el 29 de junio de 2008, en el Ernst Happel de Viena, donde España derrotó a Alemania 1-0 con gol de Fernando Torres.

Un Iker Casillas eufórico levantó la copa del campeón, con una imagen para la posteridad. "Nunca me canso de ver esa imagen. Refleja el momento máximo de la alegría. La ruptura de barreras del fútbol español. El fin del pesimismo para acabar con los fantasmas que siempre aparecían cuando se acercaban las rondas finales. Es el final de fiesta más bonito para un grupo de jugadores que hicimos historia y que aún tenemos mucho hambre".

"Fue un éxito tan grande que ha provocado que el futbolista español se sienta mucho más valorado en el mundo. Una reivindicación con el fútbol que todos soñábamos hacer. Dejamos para la historia un momento mágico que esperamos se amplíe en el Mundial 2010", dijo.

Fernando Torres explotó su velocidad en una jugada para el recuerdo, para convertir en oro un pase en profundidad de Xavi Hernández, superar a Lahm y picar el balón a la salida de Lehmann. Se convirtió en el heredero de Marcelino Martínez.

"La Eurocopa nos cambió todo al grupo de jugadores que formamos la selección española. Cuarenta y cuatro años después, conseguimos ganar un trofeo internacional a nivel de selecciones y marcamos el inicio de una nueva era", asegura 'El Niño'.

Como Iker Casillas viendo su imagen al levantar la copa, como capitán, Fernando Torres nunca se cansa de ver su gol. Admite que no ha visto la final integra, pero recuerda al detalle cada minuto.

"Para mí, pasar a la historia por ser el autor de aquel gol es un privilegio. Aquel 29 de junio, lo recordaré toda mi vida. Me sentí un elegido ese día por marcar el único tanto de la final que, con el tiempo, es con lo que se queda mucha gente. Después de lo que consiguió Marcelino, para mí es un honor pasar a la historia del fútbol español", confiesa.

Casillas y Torres fueron dos imágenes representativas de un grupo de jugadores que formó una familia. "Todos nos quedamos con el triunfo, pero los que vivimos aquello también guardamos grandes recuerdos del grupo que formamos, la amistad, las bromas, las horas entre nosotros en el mejor mes de nuestras vidas en un torneo de selecciones", dice Sergio Ramos.

"En lo profesional, fue el primer título conseguido con mi selección, el más deseado por un país que llevaba mucho tiempo buscándolo, y espero que no sea el último. El Mundial es nuestro gran reto", añade.

"Aquella noche fue una de las más felices de mi carrera deportiva. Un gran éxito inolvidable para todos", reconoce Carlos Puyol.

"Desde la distancia nos llegaba que el país estaba enloquecido desde que superamos los cuartos de final y los penaltis ante Italia. Estábamos como en una burbuja, centrados en la gran final y al ganarla viví el momento más bonito de mi carrera. Celebrarlo luego con toda la afición en España fue inolvidable", explica Joan Capdevila.

"Sólo estar en la final de la Eurocopa era cumplir un sueño para todos los internacionales. Jugarla y ganarla para España, muchos años después, nos marcó a todos. Nunca lo olvidaremos", concluye David Silva.

Son voces del éxito. Jugadores que siguen conformando el mismo bloque, antes con Luis Aragonés y ahora con Vicente Del Bosque, que tras realizar crítica constructiva de la derrota en semifinales de la Confederaciones ante Estados Unidos, se han marcado el reto más ambicioso, el Mundial 2010, con un ejemplo: su caminar en la Eurocopa 2008 y aquel mágico 29 de junio de 2008.