Contador, 'V' de victoria
- El madrileño gana su segundo Tour, el cuarto consecutivo de un corredor español
- Mark Cavendish gana la etapa de París, su sexta victoria en el Tour de Francia
Enlaces relacionados
Los 164 kilómetros de la última etapa del Tour entre Montereau Fault Yonne y la meta en los Campos Elíseos de París fueron una mullida alfombra para rendir homaneje al merecido campeón, el español Alberto Contador, que brindó con las tradicionales copas y se ciñó la corona de rey absoluto de la carrera por etapas más importante del mundo [Clasificaciones] [Especial Tour de Francia].
La gloria particular en la meta parisina la consiguió sin discusión el inglés de Columbia Mark Cavendish, sexta victoria. El Columbia no dio oportunidad a la sorpresa y abortaron la última escapada a cuatro kilómetros de meta.
El equipo estadounidense dominó esos últimos metros, pese a que había quemado gran parte de sus efectivos en la neutralización, y de esta forma, Mark Renshaw -el lanzador de Cavendish- y el británico entraron con tan buena colocación en la última curva, que el corredor de isla de Man apenas tuvo que acelerar para ganar por delante de su propio lanzador.
El equipo amarillo culmina con este doblete una ronda espectacular, donde ha sido el cuadro más fuerte en los 'sprints' y donde también ha cosechado seis etapas, todas ellas de Cavendish. Pese a ello, el británico, que fue sancionado en una etapa, se quedó sin el maillot verde, que ganó el noruego Thor Hushovd.
¿Donde está el himno español?
Ha sido un Tour extraño, poco agradecido para los españoles. Carlos Sastre no pudo salir de amarillo el primer día, se quejó en varias ocasiones del tratamiento de la prensa y de la organización de la carrera... y en el podio final, no sonó el himno español, sino el danés, pifia que hubo que resolver después recuperando el himno español cuando el Astana celebraba el triunfo en la clasificación por equipos.
Pese a la anécdota, el Tour empieza a ser patrimonio español, y en concreto es ya la carrera de Alberto Contador, como lo fue de Miguel Induráin o como lo era, hasta 2005, del estaodunidense Lance Armstrong. El corredor de Pinto se erige como el gran referente del ciclismo español. Da continuidad a una histórica racha de triunfos españoles en los últimos cuatro años, tras Óscar Pereiro (2006), el mismo Contador (2007) y Carlos Sastre en 2008.
Y hereda el legado de Lance Armstrong, todo un campeón que en su regreso tras tres años de retirada sigue sin bajarse del podio, aunque ahora haya quedado en un tercer -y merecido- lugar.
Pero, sobre todo, crea un nuevo hito en el ciclismo español, 50 años después del triunfo en París de Federico Bahamontes, al convertirse en el segundo español en ganar dos veces la carrera francesa. El ansiado sucesor de Miguel Induráin, que ha ganado las últimas cuatro grandes que ha corrido -dos Tours, un Giro y una Vuelta- toma forma en el menudo corredor de Pinto, que, a sus 26 años, depara un potencial futuro de más éxitos.
Como en los últimos cuatro años, el Tour de 2009 ha tenido un claro protagonismo español. No sólo por la victoria final de Alberto Contador, ganador de dos etapas, en Verbier y en la última contrarreloj en Annecy, sino también por los triunfos de etapa de Luis León Sánchez en los Pirineos, Mikel Astarloza en Bourg Saint Maurice y Juan Manuel Gárate, este último en la devastada cima del Mont Ventoux.
La fiesta será grande, en París, en Pinto y en Barcarrota, el pueblo extremeño de donde procede la familia de Contador. Días de vino y rosas, tras los que vendrán los movimientos para buscar un equipo y unas bases sobre las que seguir construyendo éxitos. Pero esa ya es otra historia.
Varias conclusiones tras la carrera
La 96ª edición del Tour ha traído varios cambios destacados en lo deportivo y en lo extra-deportivo. Se han vivido en efecto dos carreras, como decía Alberto Contador.
En una, la de la bicicleta, se confirma un nuevo orden en el pelotón, en el que los más jóvenes de la manada se van imponiendo a medida que los viejos leones -los Armstrong, Sastre- van cediendo su lugar. Lo que para Lance Armstrong podía ser un período de interregno entre sus siete Tours y su triunfal regreso se ha convertido en la confirmación de la fuerza del ciclismo español. El futuro es de jóvenes especialistas en la montaña, como Alberto Contador o Andy Schleck.
Los 'pistard' vienen pisando fuerte, como han demostrado los ingleses Bradley Wiggins, campeón olímpico en persecución en Pekín que ha acabado a 37 segundos del podio, y Mark Cavendish, absoluto dominador de las llegadas masivas, diez victorias de etapa en dos años. Podría ser el regreso de un país que ha pasado años de sequía en el ciclismo en ruta- que ha sido más polémica ha sido más difícil en lo extradeportivo que en la propia carrera.
Y en lo extradeportivo, mención aparte de la secesión vivida en el Astana, una buena noticia y una asignatura pendiente. La buena nueva es la ausencia de positivos por dopaje que en otros años ensombrecieron la carrera. Aunque en medio de la carrera aparecieron noticias de positivos, como el de Danilo Di Luca en el Giro, ninguno de los corredores de este Tour ha empañado la reputación del ciclismo con un nuevo escándalo.
Para septiembre, queda la cuestión de los pinganillos. La supresión de las comunicaciones inalámbricas entre los directores y los ciclistas en el Tour provocó un boicot del pelotón en la undécima etapa, el mismísimo día de la fiesta nacional francesa. La organización tuvo que recular y rehusar hacer este tipo de 'experimentos' en el Tour, pero promete nuevos intentos. Próxima parada, el 29 de agosto, en la Vuelta a España.