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Los baloncestistas cubanos piden el asilo político

  • Los cuatro fugados han comenzado las gestiones para conseguir asilo político en Canarias
  • Los baloncestistas han acudido a la Jefatura Superior de Policía para solicitar el permiso
  • Los cuatro jugadores desaparecieron la noche del domingo de su concentración
  • La fuga de deportistas está penado en Cuba con hasta siete años de cárcel

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Los cuatro jugadores de la selección cubana de baloncesto que desaparecieron el pasado domingo en Gran Canaria, tras disputar un partido contra España, han comenzado a realizar las gestiones pertinentes para conseguir asilo político en este país.

Así han informado fuentes de la Delegación del Gobierno en Canarias que afirmaron que los baloncestistas han acudido a la sede de la Jefatura Superior de Policía de Canarias para solicitar este permiso.

Concretamente, esta gestión suele tardar unos 30 días hasta que finalmente esté formalizada y se determine si España les presta o no asilo político a los cuatro jugadores de la selección cubana de baloncesto.

Según las mismas fuentes, al presentar este preaviso de asilo político los cubanos han conseguido interrumpir su estancia irregular que les permite estar en el país hasta que concluyan las gestiones pertinentes sin que esto suponga un delito.

Los cuatro jugadores de la Selección Cubana de Baloncesto (Georvis Elías Sayus, Grismay Paumier, Taylor García y Geofry Silvestre) desaparecieron la noche del domingo de su concentración en el Hotel Dunas Las Canteras de Las Palmas de Gran Canaria, donde se hospedaba el conjunto centroamericano durante una gira en la isla en la que se enfrenaron el pasado viernes a España y el sábado a un combinado de Gran Canaria.

La noche del domingo eran cinco los jugadores cuyo paradero se desconocía, aunque uno de ellos apareció a última hora, por lo que el conjunto partió en la mañana de ayer en avión hacia Cuba, previa escala en Madrid, con cuatro integrantes menos.

La fuga de deportistas está penado en Cuba con hasta siete años de cárcel y está considerado en el país caribeño como deserción, cuya sanción está castigada, además, con la finalización de las carreras deportivas de aquellos que cometan este acto, mientras que también se les prohíbe volver a salir del país.