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El oro de Marta tapó las miserias españolas

  • La actuación del equipo español ha empeorado con respecto a Osaka 07
  • La española tapó en parte la mala actuación de España en los mundiales
  • Paquillo Fernández, el supuesto infalible, volvió a fallar sin obtener ningún título en Berlín

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La española Marta Domínguez celebrando el título de campeona del mundo con la bandera de España al cuello.
La española Marta Domínguez celebrando el título de campeona del mundo con la bandera de España al cuello.

La medalla de oro de Marta Domínguez en 3.000 metros obstáculos, primera de este metal para España en diez años, tapó las miserias del atletismo español en los Mundiales de Berlín, donde perdió una medalla y tres finalistas con respecto a Osaka 2007.

Dos veteranos, Marta Domínguez y Jesús Ángel García Bragado (bronce en 50 kilómetros marcha), tuvieron que tirar del carro a la espera de que cuaje la nueva generación, que acaba de asomar la cabeza en los Europeos júnior y sub 23.

El mismo día, 17 de agosto, en que Marta consiguió el mayor éxito de su carrera,  el 1.500 español se quedaba fuera de la final por primera vez en las doce ediciones de los campeonatos del mundo. Arturo Casado cayó a la primera, y en semifinales se despidieron Reyes Estévez, que había impresionado en el campeonato de España de Barcelona, y Juan Carlos Higuero, que aportaba la segunda mejor marca europea del año (3:32.59).

Fue el mayor fracaso español en Berlín, porque el 1.500 es la prueba más carismática, la que ha dado cinco medallas al atletismo español en Mundiales y ha proclamado a Fermín Cacho campeón olímpico, y porque dos mujeres, Natalia Rodríguez y Nuria Fernández, se encargaron de poner el fallo todavía más en evidencia al meterse las dos en la final.

La descalificación de Natalia fue un accidente, pero también un grave error táctico de la tarraconense, que probablemente habría vencido igual si hubiera esperado a la salida de la curva para abrirse y batir a la etíope Gelete Burka. Cayó en la tentación de pasar por dentro sin percatarse de que, en su levedad, la africana se iría al suelo al primer contacto.

La calidad de Natalia es tan grande como su escasa habilidad para manejar el reglamento. Este mismo año, en el campeonato de Europa de naciones en Leiria (Portugal) también fue descalificada por empecinarse en seguir la carrera cuando los jueces le indicaban que había sido eliminada en el primer esprint intermedio.

España continúa sin velocidad. De treinta plazas posibles -a tres por prueba- el equipo español sólo cubrió una, por medio de Ángel David Rodríguez; el 800 sigue estancado (Manuel Olmedo y Luis Alberto Marco cayeron en primera ronda); el 1.500 continúa en caída libre, y el fondo sólo tiene a Jesús España.

El discóbolo tinerfeño Mario Pestano desperdició la enésima ocasión de plasmar su acreditada calidad en unos grandes campeonatos. Superó con autoridad la calificación pero en la hora suprema se le agarrotó el brazo, como le ha sucedido siempre hasta ahora.

Chema Martínez, que hizo un magnífico octavo, está cada vez más solo en el maratón

; los saltos y concursos masculinos ofrecen un paisaje desolador, y Paquillo Fernández, infalible durante seis años en grandes campeonatos, enlazó su segundo fracaso consecutivo.

Las mejores noticias para España llegaron del lado femenino. Cinco de los siete finalistas (clasificados entre los 8 primeros) fueron mujeres: Marta Domínguez, Nuria Fernández (4a en 1.500), Ruth Beitia (5a en altura), Beatriz Pascual (6a en 20 km. marcha), Mayte Martínez (7a en 800).

Cumplido el ciclo de grandes campeonatos universales con los Juegos de Pekín, de donde regresó sin medallas, y los Mundiales, el equipo español se enfrenta el año próximo a los campeonatos de Europa en calidad de anfitrión.

El estadio Olímpico de Barcelona puede ser el último escenario para algunas de las mejores figuras españolas, que han alargado su carrera para despedirse en casa.