Usain Bolt, el último "fichaje" en el estreno blanco
- El plusmarquista mundial de velocidad hará el saque de honor en el Madrid-Deportivo
- Llega por primera vez a España, donde verá el fútbol, comerá en un asador e irá a los toros
El vuelo de Iberia 3477 procedente de Zúrich y destino en la T4 de Barajas trajo a Madrid a un pasajero que nunca antes había pisado la capital de España y que viene a Madrid como invitado de lujo para el arranque de la liga: el campeón mundial y olímpico de atletismo Usain Bolt, que hará el saque de honor en el partido que enfrentará al Real Madrid y al Deportivo de la Coruña a las 20:00h en el Santiago Bernabéu (en vivo, en RTVE.es).
El jamaicano no había pisado nunca territorio español, pero en los dos próximos días asistirá a un cursillo acelerado de tradiciones folclóricas y culinarias: fútbol, asador y, posiblemente, toros.
La primera jornada madrileña de Bolt comenzó con una muestra de su acreditada sangre fría, la misma que emplea en los instantes que preceden a una gran final. Cuando el resto del grupo con el que había de viajar a Madrid estaba ya esperando el autobús para dirigirse al aeropuerto, el jamaicano cruzó el vestíbulo del hotel sin prisas... para desayunar.
Bolt empezó a sentirse a gusto ya en el aeropuerto de Zúrich, donde inmediatamente fue reconocido pese a cubrir su cabeza con la capucha. Atendió a todas las peticiones de autógrafos sin dejar de escuchar su música preferida, naturalmente reggae.
Uno de los seguidores más tenaces resultó ser miembro del personal del aeropuerto y, sin que nadie se lo pidiera, dedicó sus mejores esfuerzos a facilitar las cosas al pequeño grupo, en el que estaba su representante, Ricky Simms, Fermín Cacho, Javier Sotomayor y el mánager español Miguel Ángel Mostaza, socio del británico.
No es que hubiera multitudes a su alrededor, pero ni un solo momento le faltó compañía, arrastrando consigo a una pequeña cohorte de admiradores, cual flautista de Hammelin.
Probándose gafas y firmando autógrafos
En la primera tienda de gafas que encontró se recreó unos minutos probándose, divertido, modelos y riendo frente al espejo hasta que se decidió por las más llamativas, de montura totalmente blanca, que le daban el aspecto de un buzo.
Javier Sotomayor, plusmarquista mundial de altura (2,45), que también estaba entre el pasaje, recibió dos satisfacciones seguidas. Mientras esperaba el embarque, aprovechó para pedirle a Usain un autógrafo para sus hijos, María y Javier, y el jamaicano, con exquisita deferencia, le solicitó, a su vez, uno del gran saltador para sí mismo.
En la puerta de embargue, la segunda satisfacción. La encargada de picar los billetes despreció a Bolt, o no lo reconoció, y se dirigió a "Soto" como si le conociera de toda la vida.
Las azafatas de Iberia no se cuentan entre las más entendidas en atletismo, o al menos no dieron muestras de conocer al gigantesco pasajero que ocupó, junto a su mánager, un asiento en la fila dos.
Viajar justamente detrás del ser humano más rápido del planeta (9.58 en 100, 19.19 en 200) constituye un honor para cualquier aficionado al atletismo, pero no contribuye, en modo alguno, a la comodidad del viaje.
Apenas se instaló en uno de los seis asientos de primera clase, se arrellanó y retrasó su asiento todo lo que daba el mecanismo a fin de poder estirar sus larguísimas piernas, esas que desarrollan en pista una velocidad de 45 kilómetros por hora.
Visto desde el asiento de atrás llamaba la atención su enorme envergadura. Las manos, cuando se descuidaba, se arrastraban por el suelo.
Emilio Butragueño le recibe en nombre del Madrid
La aeronave arribó a Barajas a la hora prevista, las 14.00, y tan pronto como Bolt abandonó la cabina, una guardia pretoriana de seis miembros lo rodeó para escoltarlo hasta la sala de recogida de equipajes. Seis agentes de seguridad sobre cuya altura se destacaba la cabeza de Usain, un hombre de 1,96 metros de estatura.
En la amplia sala lo esperaba Emilio Butragueño en representación del Real Madrid, la entidad que le ha invitado, por sugerencia de Mostaza, a presenciar esta misma tarde el primer partido de liga, contra el Deportivo.
Bolt conoce casi a la perfección al equipo blanco, aunque no le han llegado las últimas noticias. Cuando le fue mostrada una foto de la plantilla en el periódico del día, inmediatamente preguntó por qué no estaba Robben, recién traspasado al Báyern Múnich.
Una vez que recogió el equipaje, salió escoltado para, aconsejado por Butragueño, atravesar a toda velocidad -y es capaz de desarrollar una muy alta- la masa de cámaras de televisión, fotógrafos y periodistas que lo esperaban a la salida. Se introdujo en el ascensor y desapareció camino del Comité Olímpico Español, donde recibirá un breve homenaje.
El programa de Bolt en su primera visita a España incluía una comida en el Asador Frontón, el partido en el Santiago Bernabéu, cena de honor en el propio estadio y algún espectáculo musical por la noche.
El domingo ofrecerá a las 11.00 de la mañana una rueda de prensa en el propio Bernabeu y por la tarde Miguel Ángel Mostaza se propone llevarlo a los toros en las fiestas de San Sebastián de los Reyes, aprovechando que torea su amigo Miguel Abellán.
El lunes Usain Bolt viajará a Londres para permanecer unos días en casa de su mánager y después se dirigirá a Bruselas para competir, el 4 de septiembre, en la última reunión de la Golden League.