Valverde entra en el club de los grandes
- El murciano se enfunda el jersey oro en la Vuelta, la primera 'grande' de su carrera
- Samuel Sánchez (Euskaltel) y Cadel Evans (Silence Lotto) suben también al podio
- André Greipel ganó en Madrid su cuarta etapa en la 64ª edición de la ronda española
- Alejandro Valverde cumple los pronósticos y vive "un sueño hecho realidad"
Alejandro Valverde cruzó la última meta de la 64ª edición de la Vuelta a España en volandas, con un peso quitado de encima, su primera 'grande'. A sus 29 años, el ciclista murciano, antes etiquetado como un gran 'clasicómano' y especialista en carreras cortas, añade lustre a su rosario de triunfos con el jersey oro, madurado en tres semanas de carrera en las que ha mostrado su madurez como corredor [Vuelta a España] [Clasificaciones] [Vídeos de la Vuelta 2009].
Valverde escuchó el himno español en el podio de La Cibeles, escoltado por un compatriota, el campeón olímpico Samuel Sánchez (Euskaltel Euskadi) y por el australiano Cadel Evans (Silence Lotto), el rival que pudo darle más de un disgusto de no haber sido por un inoportuno pinchazo en Monachil.
"Ahora sÍ, esto es un sueño hecho realidad, estoy supercontento y emocionado por la respuesta del público", señaló Valverde, que llevaba contando los días que quedaban para confirmar este triunfo, calculando las probabilidades que tenía de conseguir. El campeón de la Vuelta dedicó el triunfo a sus dos niños "y a todos los que han confiado en mí y aún confían".
La etapa-homenaje del último día por los alrededores y calles de Madrid sirvió para que el alemán de Columbia André Greipel sumara su cuarta victoria de etapa en el esprint del Paseo de la Castellana y, como de costumbre, para dar un día tranquilo al pelotón, con música, samba y un ritmo tranquilo, que hubiera sido completo de no ser por una caída en los últimos metros. El germano, que marcó un tiempo de 3h.11.56, ha sido un émulo perfecto de su compañero Mark Cavendish, y aumentó la racha del Columbia, ya con 78 triunfos esta temporada.
La guinda dulce para un año amargo
Valverde, fuera del Tour por la polémica que aún le persigue de una presunta implicación en la 'Operación Puerto' y que le supuso el veto del Comité Olímpico Italiano (CONI), ha conseguido una victoria diferente a las que adornaban su palmarés, porque ha sabido correr de una manera distinta, estratégica, con los horizontes ampliados a tres semanas, en lugar de a satisfactorias victorias y exhibiciones personales que, a la larga, no le permitían codearse con los mejores en la general a largo plazo.
En esta ocasión, el ciclista de Las Lumbreras, bien asesorado por el director de Caisse d'Epargne, Eusebio Unzúe, consejero de otros grandes campeones, se limitó -que no es poco- a mantener la cabeza fría, conservar las fuerzas y responder sólo a los ataques estrictamente necesarios.
Así, ha sabido mantener el jersey oro desde la novena jornada, en la etapa con meta en Xorret de Catí (Alicante), manteniendo durante la mayor parte de las etapas diferencias de unos cuantos segundos, y con alguna dosis de suerte, como el pinchazo de Cadel Evans en Sierra Nevada.
"Mi director -Eusebio Unzué- me lo lleva diciendo varios años, que debo de ser mas conservador y ahorrar energía. No he ganado ninguna etapa y sí la general, al igual que en la 'Volta' a Cataluña, Dauphiné Liberé o la Vuelta a Burgos.
Xacobeo Galicia, el mejor equipo
En el resto de clasificaciones secundarias el Xacobeo Galicia se llevó el premio por equipos, el francés David Moncoutié (Cofidis) se enfundó el maillot de rey de la montaña por segundo año consecutivo, aparte de la etapa de Sierra Nevada. Alejandro Valverde se llevó la general de la combinada y por puntos se impuso el alemán André Greipel, que se anotó su "triplete".
Galardones entre monumentos en la despedida de una Vuelta que ofreció momentos de épica, pero algo más a cuentagotas de lo esperado. En este apartado, y si bien la Vuelta, en principio, no ha arrojado positivos en los controles médicos, la lacra se presentó de manera inesperada.
Los positivos de Héctor Guerra, seleccionado para el Mundial y más tarde excluido, e Isidro Nozal antes de la Vuelta a Portugal, desviaron la atención de la carrera. La lucha por la tolerancia cero que propaga la organización tropieza con noticias que desgastan aún más la credibilidad del ciclismo. Y no están los tiempos para espantar a los patrocinadores y aficionados.