Enlaces accesibilidad

Unirea - Stuttgart en un estadio casi vacío

Por
El defensa del Unirea, Vasile Maftei, agarra a capel durante el primer pàrtido de Champions
El defensa del Unirea, Vasile Maftei, agarra a capel durante el primer pàrtido de Champions

El Unirea Urziceni se juega en casa ante el Stuttgart buena parte de sus opciones de clasificación en el Grupo G de la Liga de Campeones, con el inconveniente de que ha vendido poco más de mil entradas para el choque.

Después de su derrota por dos a cero en Sevilla, los rumanos deben ganar al equipo alemán si no quieren quedar rezagados en la pugna por las dos primeras plazas del grupo que le pueden permitir pasar a los octavos de final.

No parece el ambiente que se encontrará el Stuttgart en el estadio de Ghencea el más apropiado para recibir a un rival que es sobre el papel superior a los locales. Obligados a jugar sus partidos europeos en el estadio del Steaua de Bucarest por no cumplir el suyo los requisitos mínimos de la UEFA, el Unirea sólo ha conseguido vender hasta el momento 1.200 entradas para el partido de las cerca de treinta mil localidades con las que cuenta el estadio bucarestino.

Este modesto equipo de la ciudad de Urziceni -cercana a la capital y de sólo 17.000 habitantes- que hace tres años jugaba en la segunda división apenas cuenta con aficionados, y el Stuttgart no parece tener suficiente fama para llamar al estadio a los aficionados al fútbol de la capital.

Aunque la dirección del club ha regalado entradas a los niños de todas las escuelas de fútbol de Bucarest y los abonados tienen entrada libre, el director general del Unirea, Mihai Stoica, ha advertido que "podría registrarse un récord negativo de afluencia de público en un partido de Liga de Campeones".

Contra esa atmósfera desoladora deberá luchar también un Unirea que se presenta al partido después de golear por cuatro goles a uno al Astra Ploiesti en el campeonato nacional, del que es colíder con 16 puntos.

De acuerdo con la prensa local, el entrenador del Unirea, el ex internacional rumano del Chelsea Dan Petrescu, presentará un planteamiento más ofensivo que el del partido en Sevilla, tras el que el técnico fue criticado por su excesivo conservadurismo.

Los alemanes no quieren perder comba

El Stuttgart llega a su segundo duelo de la Liga de Campeones tras haberse sacudido de una crisis con una victoria por goleada por 3-0 ante el Eintracht Frankfurt. Sin embargo, el equipo de Markus Babbel sigue con problemas en parte porque las lesiones no han respetado a algunos de sus jugadores importantes.

El bielorruso Aleksander Hleb, con problemas en el glúteo, volverá a ser baja mañana al igual que el lateral suizo Ludovic Magnin, que tiene un desgarre en el muslo.En la delantera, todo apunta a que Babbel volverá apostar por el dúo formado por Cacau y por el ruso Pavel Pogrebnyak, pese al gran desempeño que tuvo el joven Julian Schieber en el duelo contra el Eintracht.

Contra el Eintracht, Babbel optó por reservar a Cacau y Pogrebnyak, que habían jugado el miércoles anterior 120 minutos en la victoria en la Copa de Alemania ante el Vfl Lübeck, y optó por el rumano Ciprian Marica y Schieber quien respondió a la confianza marcando dos de los tres goles.

El Stuttgart se ha tomado bastante en serio la preparación del duelo contra el Unirea y tuvo un espía durante una semana instalado en Rumania y dedicado a observar al rival. "Estamos bien informados", aseguró Babbel. Babbel asegura que, en comparación con Timosoara -equipo al que se tuvo que enfrentar el Stuttgart en la eliminatoria de la Liga de Campeones- el Unirea tiene mejores jugadores y además es un equipo mejor organizado por lo que no se debe subestimar al rival en la visita a Rumania.

Ahora, la misión, según Babbel, es refrendar la clara mejora que se dio ante el Eintracht. "Tenemos que seguir así, de lo contrario lo alcanzado ante el Eintracht no vale nada", dijo Babbel.

El partido es clave para el Stuttgart que en la primera jornada se dejó puntos en casa al empatar 1-1 con el Glasgow Rangers.

El árbitro del partido será el galo Laurent Duhamel.