La cuenta atrás de Río
- Los brasileños preparan la fiesta en la playa de Copacabana
- Río quiere beneficiarse los Juegos Panamericanos y el Mundial de Fútbol
- La lluvia está desluciendo las jornadas previas
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Río de Janeiro, la 'Ciudad Maravillosa', también hace su cuenta atrás esperando a que el COI anuncie su fallo.
Tiene muchas papeletas para conseguir que el sueño de ser ciudad olímpica se haga realidad. Su situación geográfica es una sus bazas más importantes: América del Sur nunca tuvo unos juegos olímpicos y con Río sería la primera vez que lo conseguiría.
El centro neurálgico de esta espera olímpica es la playa de Copacabana y si la decisión del Comité Olimpico es favorable, será también el de una gran fiesta de celebración.
Sobre la arena se levanta un enorme escenario, con dos pantallas gigantes de televisión, en torno al cual se celebrará una suerte de carnaval anticipado. Antes, la ciudad ha conconvocado a los cariocas para que concurran a la playa y apoyen la candidatura de Río, todos vestidos de verde y amarillo.
Las infraestructuras necesarias para los Juegos se beneficiarán de otras dos citas deportivas previas: los Juegos Panamericanos de 2007 y los Mundiales de Fútbol de 2014.
Los "peros" a Río son lentitud en los trabajos de mejora de infraestructuras, la falta de plazas hoteleras y, cómo no, el problema de la seguridad pública. Como las playas y las bellezas naturales, Río es conocida por la violencia y el crimen organizado. En este terreno, las autoridades cariocas se emplean como no lo habían hecho nunca. Este año se han puesto en práctica operativos de pacificación de las favelas con éxitos en algunas de las más violentas como Ciudad Dios, conocida por la película del mismo título que sacaba a la luz la vida de sus habitantes asfixiada entre la violencia de los traficantes de dorga y la policía.
Pero como lo deportivo también está atravesado por lo político, la candidatura de Río es también la de un país emergente, uno de los llamados Brick (con Rusia, India, China y Corea) escalando día a día puestos en la escena internacional. Por esto recuerda un poco a la de Barcelona 92 que fue la oportunidad para la presentación en sociedad de una España nueva, democrática y moderna.
Lo único que no acompaña: el tiempo. Lleva lloviendo dos días en la ciudad donde la gente celebra el buen tiempo y la fortuna de uno paisajes más bonitos del mundo.