El lobby huele a croissant y viste de negro
- Las reuniones, intensas desde primera hora de la mañana en el hotel Marriott
- Los miembros del CIO se dejan 'querer' a escasas horas de la votación
- Juan Antonio Samaranch ofrece una mirada tranquila entre tanta 'presión'
- Aguirre y Gallardón continúan con su campaña de concienciación
- Todo sobre Madrid 2016, en nuestro especial
Una agenda marrón abierta sobre una mesa con un copioso desayuno. 'Slices of turkey', té, zumo de naranja... En esta escenografía se desarrolla el lobbying en el hotel Marriot de Copenhague, donde los miembros de todas las delegaciones buscan una promesa de voto de los delegados del COI. El lobby huele a croissant recién hecho y viste de negro, como los miembros del CIO que se dejan 'querer' a escasas horas de la votación.
Acceder a este gran hall del hotel no es sencillo. Hay que ser uno de los elegidos, conocer a alguien de mucho peso al otro lado de la puerta giratoria, para que en un momento dado se acuerde de ti y te meta dentro.
Entrar de la mano de la secretaria de Juan Antonio Samaranch es algo que sólo consiguen unos privilegiados: entre ellos, la periodista de TVE Maria Escario. Anni, una mujer menuda con melena plateada, dice resuelta en francés a los ocho vigilantes de seguridad que custodian la puerta: 'Il sont quatre, Ils son avec moi'. Y ya estás, dentro de ese mundo al margen de la realidad donde se deciden las reglas del deporte mundial.
A susurros, sin grandes carcajadas ni estridencias, sobre el mantel donde previamente han servido el desayuno, los miembros de las candidaturas hablan, dialogan, departen, argumentan, convencen, engatusan, engañan y hasta prometen el oro y el moro a los delegados del COI.
Samaranch, al margen de la 'presión'
Nos conducen entre decenas de delegados hasta un rincón de la cafetería. Allí nos espera el presidente de honor del Comité Internacional Olímpico, Juan Antonia Samaranch, con una americana azul, recostado en su asiento. Muestra ilusión al ver una cara conocida, y recibe con un fuerte beso a Escario.
Parece vivir al margen de la 'presión' que se está librando a sólo dos mesas de él, donde un mimebro de Chicago 2016 está ejerciendo un pleno 'cara a cara': mirada fija sobre su 'presa', voz cautivadora, y números, muchos números sobre la mesa.
Mientras, Samaranch contesta pausadamente, puede que harto de este tipo de macroeventos que domina como nadie desde los años 80, cuando fuera elegido presidente del COI, incidiendo en lo importante que ha sido para la candidatura.
"Presidente, le espera el presidente Jacques Rogge y los Reyes de España", le dice un asesor tras terminar la entrevista. A paso lento avanza por la cafetería, pero le sale al paso una delegada del CIO -tocada con un velo- para que haga un carantoña a su hijo pequeño.
Bubka apuesta por España
Fuera de la cafetería, continúa el bullicio. La llegada del pertiguista Sergei Bubka anima aún más el cotarro. Entre los españoles se sabe que él apuesta por Madrid 2016 y su voto se considera seguro.
A la presidenta la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre se la identifica rápido entre la muchedumbre. Quizás por el vestido verde que lleva, que contrasta con el rígido negro del resto de comensales. Ella se ha 'apropiado' de una mesa junto a la cristalera desde la que se ve el lago para 'hacer su papel' y poner en práctica su inglés. Simoneta Gómez Acebo prefiere las mesas de ocho, y la infanta Pilar un pequeño silloncito en el otro ala del hall para hacer entender sus argumentos a aquel que quiera escucharla.
Ni un segundo gasta el alcalde de Madrid Alberto Ruiz Gallardón, centrado en seguir su campaña de conciencianción de la cuenta atrás, aunque sin embargo no le importa acerca personalmente un café a una miembro del COI para hacerse con su confianza.
Lo que a primera hora de la mañana era un bunker se ha ido convirtiendo, poco a poco y con el paso de las horas, en un hall lleno de periodistas, nerviosos, exigentes, desesperados por dar con la imagen del día.