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Higuaín, el delantero al que le costaba hacer ruido

  • Tras su gol ante el Valladolid, parece que será titular ante el Milan
  • Ahora parece más calmado en el área y no le traicionan los nervios
  • Tiene la oportunidad para reivindicarse en el Madrid y con Argentina

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Higuaín, gol que vale una titularidad

No falla. Siempre que sale del vestuario tras un partido, Higuaín tiene cara de no haber roto un plato. Siempre igual, cabizbajo y con un tono de voz apagado, y eso que en estos años en el Real Madrid ha vestido diferentes pieles, pero ni en sus tardes de éxito, su timidez, le termina de abandonar.

Mucho ha cambiado "El Pipa" desde que llegó en 2006. Entonces era un chico al que su aire tímido le hacía parecer desvalido fuera del campo, y por si fuera poco, dentro de él, desperdiciaba una detrás de otra cada una de las ocasiones que generaba. Jugaba bien, pero no mataba, y eso en un delantero del Real Madrid no suele ser habitual. Tres años después,  parece que ha subido un escalón más, y sus dos últimos goles acreditan una nueva madurez. Otro temple ante la portería. Ahora, marca él los tiempos y eso puede convertirle en otro jugador.

Cuando llegó al Madrid con 19 años era un jugador por hacer. Tuvo más oportunidades que otros de sus compañeros o que cualquier chaval de la cantera, algo que no es habitual en un club con poco margen de error. Poco a poco empezó a cuajar, y los goles, aunque con cuentagotas, entraron.

Firmó varias actuaciones destacadas y cambió entonces de papel (y de peinado) y se convirtió en el autor de los goles imposibles. Siempre en el último minuto, siempre cuando todo parecía perdido, siempre a base de empujar, siempre con aire de salvador. Quizá los dos capítulos más sonados fueron su gol en el Reyno de Navarra que permitió al Madrid ganar la Liga o su papel en el último derbi "de locos" contra el Getafe.

Los titulares de la prensa empezaron a cambiar. Salía en las portadas celebrando su protagonismo, mientras su peso en el vestuario crecía, eso sí, siempre muy a la sombra de Raúl, contento con un socio que cumplía pero no le amenazaba.

Su último gol, el que aparece en el vídeo de esta noticia, demuestra que toda esa metamorfosis ya ha cuajado. Xabi Alonso se saco de la chistera un pase magistral de 30 metros, a la carrera, como le gusta, lo recibió Higuaín, y cuando parecía quedarse sin ángulo, él también optó por arriesgar. No tembló, no se agobió, no se precipitó y firmó una vaselina tan bonita como efectiva. Gol y partido resuelto.

Una gota que ha colmado el vaso de razones de Pellegrini, que parece que le dará la titularidad ante el Milan en el partido más atractivo de la primera fase de la Liga de Campeones. Un balón de oxigeno tras ver como al principio, Benzema le quitaba las portadas y el puesto que tanto le había costado conquistar.

Vida paralela con Argentina

Su gol ante el Valladolid recuerda un poco al que marcó hace unos días con Argentina ante Perú. También a la carrera, corriendo tras un balón al hueco en este caso enviado por Aimar, y él colándose entre los defensas, volvió a demostrar su sangre fría, y con tiempo incluso para mirar al juez de línea, resolvió con la derecha, en este caso, más por potencia que por sutileza.

Maradona no había contado con él hasta entonces y justo el día que se la jugaba su equipo, esa selección que los argentinos siguen como si fuera una religión, orgullo nacional y buque insignia del país, El Pipa, cumplió. "En la selección hay un plus que el Madrid no me da" dijo rotundo y  entre sus palabras y su gol, se gano la titularidad para el último y definitivo partido, en el que no brilló, pero que quedó eclipsado por la agónica clasificación de Argentina para Sudáfrica.

Esta temporada, a funcionado a chispazos. No cuenta con tantos minutos, pero parece aprovecharlos mejor y su fútbol se va definiendo cada vez más. Le gusta llegar desde atrás, con fuerza, aprovechar los espacios y resolver con tiros desde lejos o media distancia, como este gol de Champions, que también recuerda mucho a los dos citados.

Higuaín supera a su marcador por velocidad y se planta en el área delante del portero. Marca el tercero con un tiro raso y cruzado.

Si Higuaín quiere estar en el Mundial, tendrá que empezar por brillar en el Madrid, y no hay partido más reluciente que el de este miércoles, en la Champions y contra el Milan, uno de los grandes de Europa en horas bajas. 

Probablemente cuando salga del vestuario, pase lo que pase, hablará bajito, pero los periodistas estaremos esperando para ver qué cuenta. Ahora que pisa con más fe y confianza el área, está llamado a marcar diferencias para terminar de convertirse en la estrella que siempre le dijeron que algún día llegaría a ser.