El Mundial del 'Tigre de Villacañas' en 10 vídeos
Muy pocos hubieran pensado al principio de la temporada que la marcha atrás dada por el piloto toledano Julián Simón al octavo de litro, tras dos años sin pena ni gloria en 250cc, iba a dejar tan buen sabor de boca.
Tras una pretemporada con muy buenas vibraciones, el regreso del pupilo de Aspar a la categoría más pequeña del Mundial hacía presagiar que podía ser un buen año.
Pero el camino de el 'Tigre de Villacañas' no ha sido precisamente un camino de rosas, ya que si bien en las dos primeras carreras subía al podio al quedar en ambas segundo, en la tercera prueba, disputada en Jerez, terminaba por los suelos, lo que hacía saltar todas las alarmas.
A la cuarta llegó la vencida para el de Villacañas que en el circuito francés de Le Mans conseguía su primera victoria, haciendo olvidar las malas salidas de anteriores carreras.
Un tercer puesto en Italia y un cuarto en Cataluña, -donde regaló la victoria a Ianonne al pensar que había ganado la carrera cuando faltaba una vuelta- volvieron a poner en tela de juicio a Simón.
Será el mítico trazado holandés de Assen el que marca un punto de inflexión en su temporada. Tras volver a subir al cajón en Holanda, donde quedó segundo, en la siguiente carrera subía a lo más alto del cajón dominando el Gran Premio de Alemania.
Con sus 1,68 metros de estatura le debió coger gusto a lo más alto del cajón, posición que repitió a la siguiente carrera en el circuito británico de Donnington Park.
Segundo en el Gran Premio de la República Checa y quinto en Indiananápolis, el piloto toledano volvía a ganar en San Marino (Italia).
Julián Simón acariciaba ya el título Mundial de 125cc, pero en Portugal quedaba décimosegundo permitiéndole al británico de Aprilia Bradley Smith recortar puntos. Al final, el piloto toledano lograba, a sus 22 años, en Phillip Island, convertirse en el séptimo español campeón del mundo de 125 cc.
La tensión de los suyos nada más cruzar la línea de meta del circuito australiano, tras haber adelantado a falta de tres vueltas a su compañero Bradley Smith, se convirtió en un segundo en una alegría descomunal que inundaba las calles del pueblo que le vio crecer.
Julián Simón, que cuando estaba en la categoría de dos y medio llegó a pensar que no era capaz de ganar, emocionado y contento agradecía la labor de su equipo en sus primeras palabras a TVE.