El Atlético de Madrid, más 'Atleti' que nunca
- La remontada ante el Recreativo, fiel reflejo de su filosofía
- El apoyo de la grada, decisivo pese a no lograr el lleno
Una campaña de captación de abonados del Atlético de Madrid pasó a la fama por su simplicidad, ironía, ternura y por haber dado en el clavo. Desde el asiento trasero del coche un niño le pregunta a su padre: "Papá, ¿por qué somos del 'Atleti'?". La respuesta fue la loca remontada (5-1) ante el Recreativo.
El club pidió desesperadamente el apoyo de la afición, incluso llegando a regalar abonos el día antes, para que la grada llevara en volandas al equipo. El frío de la noche de Madrid (un 14 de enero a las 22:00) y el 3-0 de la ida, con una paupérrima imagen, no invitaban al optimismo.
Decía un viejo chiste "¿cuál es el estadio más grande del mundo? El Calderón, porque nunca se llena". Y no se llenó, pero registró una buena entrada con 30.000 fieles seguidores dispuestos a dar todo su aliento a su 'Atleti'.
Y es que al club de la rivera del Manzanares no lo han hecho grande sus títulos, sino su afición. Es una opinión unánime entre los parroquianos y los ajenos.
De otra forma, no se explica tanta lealtad hacia un equipo que acostumbra a dar a su afición menos de lo que recibe, y que maltrata a los delicados corazones de sus aficionados con sustos y altibajos capaces de sumirlos en las más profundas depresiones y, 90 minutos después, en el éxtasis absoluto.
"Hay momentos mejores y peores, pero la sensación de cariño de la afición atlética es especial", dijo el entrenador Quique Sánchez Flores nada más terminar el partido. Un Quique que "había soñado con el 5-1"
Ése es el 'Atleti', acrónimo castizo que resume la filosofía de este club. Surimiento, alegría, sufrimiento, sufrimiento, algo más de sufrimiento y, de vez en cuando, alegría.
Y se pudo ver en los 90 minutos jugados ante el 'Recre': 45 de esperanza, la primera parte, cuando se igualó la eliminatoria. Diez de fiesta, entre el 61' y el 70', mientras duró el 4-0 en el marcador; 15 de agonía cuando el Recreativo marcó el 4-1 y Assunçao provocó su expulsión. Y la fiesta total en el 84', cuando Simao culminó la remontada -doble remontada- con uno menos y al borde del precipicio.
30.000 devotos lo vieron en el Vicente Calderón. Y los que lo vieron por la tele por cumplir el trámite aún lo deben estar lamentando.