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Penaltis a un metro del área (o más)

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Goleada y polémica en el Calderón

Partido de ida de la semifinal de Copa entre Atlético de Madrid y Racing. Minuto 62. Los cántabros pierden 2-0 y se vuelcan contra la portería de David de Gea. Un gol les daría aire de cara a la vuelta, pero el Atlético les pilla a contrapié. Tres para dos. Diego Forlán conduce la contra y abre para Jurado, que encara a Toni Moral. El gaditano 'rompe' la cintura del defensor a más de un metro de la frontal y éste alarga su pierna izquierda hasta derribarle. Mateu Lahoz, totalmente tapado por Colsa, indica un penalti a ciegas sin consultar siquiera al juez de línea, quien, a pesar de tener un ángulo de visión y una posición inmejorables, acata la decisión sin rechistar. El error termina de sentenciar la eliminatoria para los rojiblancos.

Así fue la jugada del día, el penalti que hoy ocupa minutos en los telediarios y tertulias en los bares. Una pena máxima pitada a una distancia considerable del área que pasa a engordar el poblado archivo de los penaltis fantasma, pero que, por clamoroso, nos recuerda sobre todo a dos famosas jugadas de nuestro fútbol.

La primera de ellas, y a la que aluden hoy desde Cantabria, quizá sea la más conocida por su repercusión. Una jugada así en un Barça-Real Madrid es para toda la vida. Y eso es lo que le pasó al prestigioso colegiado Emilio Carlos Guruceta un 6 de junio de 1970. Era el partido de vuelta de los cuartos de final de la entonces Copa del Generalísmo. Los blancos llevaban una ventaja de 2-0 de la ida, pero el Barça comenzó mordiendo en el Camp Nou con un tanto de Rexach en la primera parte. La eliminatoria pendía de un hilo cuando, al cuarto de hora de la segunda mitad, el blaugrana Rifé zancadilleó a Velázquez fuera de la zona de castigo. Guruceta lo vio dentro, Amancio marcó y el público culé acabó desquiciado, tirando almohadillas hasta la suspensión del encuentro a cinco minutos del final.

El error de Guruceta se recordará siempre porque sirvió para escenificar el argumento de los que denunciaban un trato de favor arbitral al club de Chamartín. Pero, al contrario de lo que hoy sucede con frecuencia, no se hizo borrón y cuenta nueva. El presidente de los árbitros tuvo de dimitir y a Guruceta, que nunca volvió a pitar en el Camp Nou, le inhabilitaron durante seis meses

Pero aún más grave, y mucho menos famosa, es la jugada del Almería-Cádiz de la temporada 2006-2007 en Segunda División (ver vídeo). El linier Manuel Rodríguez Vallejo llamó al árbitro para que indicase penalti favorable a los gaditanos tras un forcejeo entre Enrique y Mané. Todo normal si no fuera porque la jugada sucedió a cinco metros del área. Para colmo, el asistente había estudiado óptica y optometría.