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Llega la super combinada: se busca al esquiador perfecto

  • Los noruegos parten como favoritos, y Svindal busca su segunda medalla
  • Los austríacos y Carlo Janka serán los principales rivales a batir

Ver también : Especial Juegos Olímpicos de invierno de Vancouver 2010

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Svindal of Norway is airborne during the men's Alpine Skiing Downhill race of the Vancouver 2010 Winter Olympics in Whistler
El noruego Svindal vuela durante el descenso.

Tras varios días de aplazamiemtos, cambios de fecha y demás contrariedades, llega el momento de la super combinada alpina masculina, que se celebrará el domingo a las 9.30h de la mañana (hora de Vancouver, las 18.30h en España). Tras el descenso ganado el día 15 por Defago, la pista espera ya a los esquiadores totales, a aquellos capaces de desenvolverse a casi 120 kilómetros a la hora en la complicada y técnica pista Dave Murray de Whistler Creek Side, pero a la vez bajar en una línea imaginaria y perfecta el el eslalon que completa esta prueba de combinación.

Bien es verdad que el descenso no es tan exigente como el descenso puro, del primer día de competición, pero sigue siendo una bajada complicada y más cuando los esquiadores, de nuevo, no sabrán qué tipo de nieve van a encontrar debido a los constantes cambios de clima.

Se trata de una prueba para tipos duros. Una prueba que muchos preparan como la única opción de victoria y medalla, pero para justificar así su presencia y su éxito en los juegos (Natko Zrnic o Ivica Kostelic, de Croacia, por ejemplo). Una prueba que otros toman como rodaje para sus auténticos objetivos (Ted Ligety, el campeón olímpico de Turín, pero gran favorito en gigante) y prueba para los finos estilistas completos y perfectos (Benjamín Raich y casi toda la escuadra austríaca).

Pero por encima de todo y a lo largo de la historia, esta ha sido una prueba para Noruega. Porque aunque en Turín sorprendiera Ted Ligety, la combinada tiene nombre y apellido noruego. Desde el punto de vista histórico y actual. Kjetil André Aamodt, Lase Kjus, y Aksel Lund Svindal son los grandes protagonistas de esta historia reciente.

La primera combinada la ganó un artesano

Una historia que comenzó en 1936, cuando se disputó la primera combinada en los juegos de Garmisch Parterkirchen (Alemania) en 1936. Aquella carrera la ganó el alemán Franz Pinur, un esquiador y artesano de la madera de 27 años, segundo en el descenso tras el legendario Birger Ruud, el atleta noruego ganador también de las dos primeras medallas históricas de saltos de esquí.

Pinur fue el primer ganador, pero el nombre del noruego Birgeru Ruud ganador del descenso ya dejaba para la historia que el carácter noruego iba a extenderse durante mucho tiempo en esta carrera combinada. La segunda combinada, tras la guerra mundial se disputó en 1948 en los juegos de Saint Moritz y la ganó el mítico esquiador franciés Henri Orellier. Ya no se incluiría en el calendario de los juegos hasta 1988 en los juegos de Calgary donde Austria, otro equipo nacional plagado de esquiadores versátiles, se llevaba el oro de la mano de Huber Strolz. Desde los juegos de Albertville 92 en los que la combinada se la llevó el italiano Josef Polig, las victorias han sido para Lasse Kjus y Aamodt, salvo la de Nagano 98 que fue para Mario Reiter.

La 'guerra' Austria-Noruega

Austria y Noruega empatan a dos cuando llegan los juegos de Turín con una última oportunidad para Aamodt de reeditar pasados triunfos y desequilibrar el palmarés a favor de Noruega. Pero Aamodt es ya un esquiador veterano que llega con problemas en la rodilla derecha causados en el descenso. Aamodt decide salir con un dorsal alto con el objetivo de preparar más que nada el supergigante (en el que luego ganó su última medalla) y si acaso, no forzar en el eslalon que podría dañar su rodilla.

Con 4 medallas en combinada Aamodt y Kjus que aún resistía en la Copa del Mundo la llegada de esquiadores de nueva generación como Benjamin Raich, eran los deportistas más laureados de esta disciplina. Turín fue el adiós noruego y el devenir de una nueva época.

Como ocurrió en Lillehammer 94 cuando Tommy Moe sorprendió a los noruegos ganando el descenso, un joven y prometedor esquiador norteamericano Ted Ligety se hace con el oro, la plata es para Ivica Kostelic y el bronce para el extravagante Rainer Schoenfelder. Se firma la tregua Austria-Noruega con el nuevo triunfo, primer en la historia de Estados Unidos con Ted Ligety.

Svindal, a por su tercera medalla en Vancouver

El camino está abierto desde hace cuatro años para Svindal, el esquiador más completo del momento, si  no fuera porque aún se va recuperando de las lesiones sufridas hace dos temporadas en Beaver Creek. No es el de hace tres temporadas cuando la Copa del Mundo, pero sigue siendo uno de los más brillantes, potentes y polivalentes.

De momento en estos juegos ya tiene la medalla de plata del descenso, tercer esquiador en ganar en descenso tras Kjus y Aamodt, y el oro en el super gigante, y va a llegar con mucha moral al descenso de la combinada. Quizá es más flojo en eslalon que otros rivales como Raich, Kostelic o el mismo Zrnic pero es muy potente. Heredero de la tradición noruega de magníficos esquiadores de velocidad y técnica, Svindal es el gran favorito al triunfo en esta nueva prueba combinada con permiso, de nuevo, de los austríacos y de una joven estrella que si tiene su dia, pondrá las cosas muy difíciles, Carlo Janka. Se busca el esquiador más completo. En el portillón los grandes de la pista listos para salir.

La representación española caerá en el esquiador catalán Ferrán Terra, de 22 años, que saldrá en la combinada con el dorsal 46. Uno de los hechos más especiales y significativos para los esquiadores españoles se produjo en los juegos de Lillehammer 94 cuando el esquiador Ovidio García que preparaba el eslalon, salió en el descenso de la combinada, con el objetivo de buscar algunos puntos. Fue último.

Los periódicos criticaron mucho aquella decisión. Algunos como Juanjo Fernández en El País titularon "El último y con patrocinador". Ovidio García lucía una cinta en la frente con el nombre de su patrocinador, mientras bajaba a un ritmo fuera de lo común (por lo lento) las rampas del descenso combinado de Lillehammer. Ovidio no había preparado el descenso y bajaba como podía ¿Héroe o villano? Caben todas las opiniones