El Atlético gana en goles y en confianza
- Reyes, pletórico, y Agüero, resolutivo, facilitan la victoria ante el Valencia (4-1)
- El Atlético fue paciente para vencer al Valencia en uno de sus mejores partidos
- El Valencia termina desarbolado por las expulsiones de Marchena y Miguel
Si la recuperación del Atlético en esta Liga es cuestión de mentalidad, de orgullo y de persistencia en el empeño, Quique Sánchez Flores tendrá que guardar para lo que queda de curso el vídeo del partido ante el Valencia (4-1), como ejemplo para sus muchachos de que quien la sigue la consigue. Y el que la persiguió hasta la desesperación fue el 'Kun' Agüero, que porfió hasta embolsar para el Atlético los tres puntos que la mala suerte -y una dosis de mal arbitraje- podían haberle negado una noche más [Todos los datos del partido].
El Atlético de Madrid consiguió ante el Valencia una victoria corajuda ante un rival complicado pero que acabó siendo castigado por la acumulación de expulsiones -con diez desde el minuto 30- y sus errores defensivos, lo que los hombres de Quique no lograron aprovechar definitivamente hasta la recta final del partido.
Y eso que, desde el principio, el equipo rojiblanco funcionó muy bien, con sus hombres de ataque en posición y participando muy activamente, con un José Antonio Reyes pletórico, derrochando calidad, confianza y trabajo, convirtiéndose en el ídolo proclamado por Quique apenas 24 horas antes.
Las penetraciones del andaluz eran endiabladas, y obligaban a los valencianistas a forzar y a meter la pierna. Eso hizo Banega, uno de los que no dominan la suerte, e hizo un claro penalti a Reyes, que entraba como una bala por la esquina derecha del área. No sólo no lo pitó Pérez Burrull, sino que el clamoroso error terminó de la peor manera posible, en contragolpe y gol del Valencia.
Silva, talento en estado puro en 1,72 metros de altura, entró en el área del Atlético acompañado por Villa, superó a un Perea que no pudo derribarle -y eso que lo intentó-, estrelló el balón contra De Gea, recogió el rechace, condujo el balón rodeando al portero que se resistía a ser batido y aprovechó la primera rendija que le ofreció para colar el balón en la red. Del 1-0 al 0-1, y el Calderón bramando contra el del silbato.
Marchena, que ya tenía una tarjeta amarilla por una dura tarascada a Simao, perdió el balón ante un ratonero Agüero, golpeó disimulada y completamente a propósito el balón con la mano desde el suelo cuando Agüero se lo llevaba. Pérez Burrull no lo vio, y tuvo que convencerle el línea de lo que todo el mundo había visto: penalti y expulsión. Forlán se encargó de transformar la pena con un tiro por el centro y restaurar las tablas nueve minutos más tarde.
Tras la recompensa del gol, el Atlético mantuvo el dominio y las buenas maneras mientras el Valencia se vio obligado a recomponer filas. En la misma jugada perdió presencia en defensa y ataque, ya que Maduro tuvo que entrar en detrimento de Mata, así que no le quedó a Emery más remedio que entregarse de manera aún más decidida a sus opciones de robo y salida rápida.
Con la vía de agua abierta por la banda izquierda, Reyes aprovechó su estado de gracia aún con más ímpetu, haciendo de lanzador para que Forlán o Agüero intentaran algo. Y por ahí, antes del descanso, Agüero pudo poner el 2-1 tras un fallo de Banega, pero el balón se le fue al argentino incomprensiblemente de las narices de César a las nubes.
Gol de cabeza y premio a la cabezonería
El descanso no interrumpió las pautas de la primera parte. Silva y Villa no conseguían conectar ni el resto del equipo hacer llegar el balón con peligro, mientras que el Atlético, a lomos de las galopadas de Reyes, monologuista de todo el juego del Atlético, copaba las ocasiones de peligro. Como en el partido ante el Galatasaray, daba la impresión de que el gol del Atlético era sólo cuestión de tiempo. Pero la pelota no quería entrar o los atléticos no sabían meterla, por más que se sucedieran las oportunidades, precipitadas y a pares.
Por ejemplo, la falta milimétrica que Simao ejecutó en el minuto 55 y que César acertó a mandar al poste con la punta de los dedos. En otra falta idéntica minutos más tarde, una mano de Banega en la barrera -y otro déficit de vista del equipo arbitral- desvió la oportunidad del portugués.
Reyes el omnipresente no tuvo tampoco la fortuna suficiente para meter tras un servicio de Simao un remate con la izquierda que repelió de nuevo un César gatuno o con un tiro lejano. Pero la más clara de todas fue la ocasión del 'Kun' Agüero, que en un mano a mano con César optó por el regate y se quedó sin ángulo para resolver después de dejar tumbado al portero cacereño. Y un minuto después, otro contragolpe del Atlético no pudo definirlo el argentino, muy forzado tras multitud de regates.
Emery sacó a un Villa muy castigado en las tareas defensivas y dio entrada al 'Chori' Domínguez, mientras que un no menos fatigado Agüero se acalambró y estuvo a punto de pedir el cambio. Pero hizo de tripas corazón, se quedó para rematar un saque de falta y, clavado en el área pequeña, cabeceó por fin adentro.
Por cabezonería y orgullo, tuvo el 'Kun' la oportunidad de celebrar su gol número 50 en la Liga, a los 21 años y 271 días, después de una sequía de doce partidos, cuando marcó al Recreativo en la goleada copera del 5-1 en el Calderón. Cumplida la misión, el ídolo local salió ovacionado.
Y a la duda de si la tranquilidad podría sobrevolar el Calderón en lugar del tembleque habitual, respondió Miguel con una entrada que le valió la roja directa. Desarbolado el Valencia, con nueve en el campo, Forlán pudo convertir el 3-1 tras un servicio de Jurado, que entró para sustituir a Agüero, y el propio centrocampista metió el último gol desde la frontal, engordando la nómina y la autoestima de los atléticos a costa de un Valencia que ya había perdido el partido bastantes minutos antes.