El público canadiense, entregado durante todos los Juegos
- Los anfitriones han aplaudido a todos los atletas
- Todos los estadios han estado siempre abarrotados, pese al mal tiempo
Ver también: Especial: Juegos Olímpicos de Vancouver 2010
No ha habido evento de estos Juegos de Vancouver que no estuviera lleno de público hasta la bandera. 14.000 personas han abarrotado cada día el Pacific Coliseum; 18.000 el estadio del hockey; 11.000 el del curling y 8.000 el de patinaje de velocidad. Y en las gradas de las pistas de esquí de Whistler y Cypress Mountain, lloviera, tronara o nevara, miles de personas han animado sin descanso a todos y cada uno de los atletas de estos Juegos.
Y es que si hay alguien que realmente merezca una medalla en estos Juegos es el entragado público de Vancouver, que lo mismo aplauden a un local que a un senegalés, un coreano o incluso un estadounidense, sus teóricos principales rivales, por eso de la cercanía geográfica. Y sin embargo, se han lanzado no sólo a los estadios, sino a las calles a comprar banderas, pines y pegatinas de cualquier país apra dar ánimo en todas las pruebas.
La apoteosis para casi todos ellos vino con las victorias locales. Los oros de Hamelin en short track; Bilodeau en esquí de baches, la selección de curling masculina o la de hockey, que se llevó el último oro de los Juegos, fueron animadas no sólo in situ sino también por las calles de Vancouver, que han estado abarrotadas tras cada prueba.