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Guti y otras razones para la remontada del Madrid

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Con Guti llegó la remontada

Igual juega un partido realmente de otra galaxia, con tacones y pases de tiralíneas, que se mete en un agujero negro de inextricables lesiones que te manda a buscar amapolas al campo. Guti es genio y figura, desesperante y genial, desde luego, un tipo diferente, que no ha dado todo lo que podía al fútbol pero que será recordado -y añorado- cuando un día más cercano o lejano cuelgue las botas o cambie de aires.

Guti es capaz delo mejor y de lo peor, el centrocampista del Madrid ha demostrado este fin de semana ante el Deportivo que todavía es capaz de deleitar a todos con su buen fútbol.

Pero su aparición en el partido ante el Sevilla fue clave para recuperar a un Madrid que quería y no podía remontar, que veía alejarse paso a paso, bajo el peso de sus propios errores defensivos, la tan traída y simbólica imbatibilidad del Bernabéu, tarjeta de visita de su recién reestrenado y nimio liderato -es cabeza de la Liga por dos goles de diferencia-.

Como ante el Deportivo, Guti construyó un poco más su leyenda y redirigió con pases y buena compañía en el centro del campo un partido errático que podía haber transcurrido por múltiples universos paralelos, pero que acabó con una memorable victoria y remontada por 3-2. Justo lo que deberá hacer el próximo miércoles ante el Olympique de Lyon, en la vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones.

Los dos hemisferios de Pellegrini

"El equipo se lo mereció, es un triunfo psicológico", señaló el entrenador madridista, el chileno Manuel Pellegrini, mientras que respecto al liderato afirma que no es "fundamental" ni un motivo de "excesiva felicidad", aunque ahora ya dependan de sí mismos.

Pellegrini era consciente de que jugaba dos partidos en el Bernabéu: uno, el del Sevilla, que se puso por delante quizá inesperadamente en los cálculos del 'Ingeniero' por dos errores desacostumbrados de un Xabi Alonso demasiado forzado a ejercer de tercer central en un lugar que posiblemente no le corresponde en este equipo. 

Y otro en la gestión de los recursos, en los minutos que debía coincidir a un Guti devuelto de la enfermería tras un mes de extraño ostracismo, y a un Kaká otra vez silbado, pero al que los galones y los millones obligan a tener en el campo y esperar a que salga de la lámpara. 

Xabi Alonso no estará el miércoles ante el Olympique por sanción, así que había que aprovecharlo, Granero estaba descansando y Gago está demasiado frío para ser resolutivo. Había que protegerse de las bandas sevillanas, con Navas y Capel... Los cálculos se reducían a eso: al público del Bernabéu le gusta asumir el  riesgo, al entrenador no. La estrategia inicial se basa en la aversión al riesgo, y luego ya se verá.

Así que el chileno especuló con el momento de sacar la dinamita y tener un centro del campo como el que reclama el Bernabéu, menos maniatado por la contención y las limitaciones de Lass o Marcelo. ¿Variante con repetición de lo que le pasó al equipo en Gerland en la ida de octavos de Champions? No. Entonces, un medido respeto por el rival llevó al Ingeniero a apuntalar antes que a construir,  a forjar un centro del campo sólido con los dos Diarra en vez de intentar ganar a base de un aluvión ofensivo como el que se le vino encima a los hombres de Jiménez.

"Este es el mejor Madrid que yo he visto en mi vida. Este equipo pinta bien", declaró el entrenador andaluz, que vio a un equipo  "eléctrico, potente, vertical, veloz ,que empujó con todas sus fuerzas hasta alzarse con los tres puntos. Apretaron muchísimo", afirmó.

"Sabíamos que Guti iba a entrar en cualquier momento y el que más y el que menos intuía que nos iba a hacer un roto", reconocía el defensa Fernando Navarro. El '14' se aprovecha de los rivales descolocados y juega como nadie con el viento a favor de las segundas partes, pero desde luego el roto fue grande.

Aluvión ofensivo dirigido por el '14'

"Hay muchos análisis para hacer. Este medio del campo nos había dado  muchas satisfacciones y Van der Vart y Guti no estaban para jugar  noventa minutos. Los primeros 25 jugamos muy bien, con ocasiones que  pudimos haber concretado. El triunfo no refleja la diferencia entre los  dos equipos. Fallamos muchos delante del arco y ellos apenas tiraron. La  entrada de Guti y Van der Vaart dio más aire al equipo y se remontó", se limitó a describir Pellegrini.

Y tanto. Nada más salir, Xabi Alonso disfrutó de más metros cuadrados de campo y encontró un rombo más a su gusto, con un Van der Vaart muy dispuesto ayudando a sacar el balón y un Guti pasando a diestro y siniestro, por el centro, por el interior, por el exterior, y siempre con acierto.

Ya que el Madrid sigue siendo propenso al juego por el interior, los pases de Guti son los que más sentido tienen y los que casi siempre encuentran destinatario. También el incomprendido Kaká disfrutó de más libertad de movimientos y agradeció la compañía de los recambios.

Xabi Alonso: "Mandamos un mensae a los que van a visitar el Bernabéu"

Sólo la mala suerte de Higuaín en los remates o los palos, dos del argentino, uno de Guti y otro de Raúl, que hizo de poste en un remate de Cristiano Ronaldo que todo el Bernabéu cantó como gol, lo impidieron.

Sus compañeros conocen bien al madrileño y saben valorar su lado bueno: "Ha estado estupendo, como siempre. Ha estado un poco parado por la  lesión del pubis y poco a poco veremos a un gran Guti. Es de esos  jugadores que marca la diferencia con ese ultimo pase que no tiene  nadie", sintetizaba Sergio Ramos.

Con esas premisas, y esos jugadores, el Madrid espera otra gran sesión el miércoles ante el Olympique de Lyon, un rival que viene de empatar a cero en partido a domicilio ante el Boulogne, penúltimo clasificado de la liga francesa, y que sí se reservó a hombres como Delgado, Pjanic, Toulalan o Lisandro López, reservando todo su potencial para la vuelta, en la que parte con ventaja (1-0 de la ida).

"Mandamos un mensaje a los que van a visitar el Bernabéu", declaró Xabi Alonso como lectura recomendada del partido. La remontada -o no- empezará a gestarse en la estrategia que conciba Pellegrini.