El Girondins se mete en cuartos
- Los franceses han vencido en casa al Olympiakos por 2-1
- Gourcuff ha marado un golazo para abrir el marcador
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Ficha técnica:
Girondins de Burdeos: Carrasso; Chalme, Sane, Ciani, Tremoulinas; Alou Diarra, Fernando, (Jussie, min.90), Plasil (Sertic, min.84), Gourcuff; Chamakh.
Olympiakos: Nikopolidis; Torosidis, Papadopoulos, Mellberg, Raúl Bravo; Maresca, Zairi (Mitroglu, min.63), Stoltidis (Ledesma, min.80); Lua Lua, Dátolo, Derbyshire.
Goles: 1 - 0, min. 5: Yoann Gourcuff. 1 - 1, min. 65: Kostas Mitroglou. 2 - 1, min. 88: Marouane Chamakh
Árbitro: Olegário Benquerena (POR). Amonestó a Torosidis (min.4), Mellberg (min.74) por parte del Olympiakos y expulsó por doble amonestación a Alou Diarra (min. 66, min.68) por el Girondins, y a Derbyshire (min.54, min.60) por el Olympiakos.
Estadio: Chaban-Delmas.
El Girondins de Burdeos logró la clasificación para los cuartos de final de la Liga de Campeones después de volver a imponerse (2-1) al Olympiakos en el partido de vuelta de la eliminatoria, en un encuentro que pareció tener controlado con un gol en los primeros minutos pero que se complicó tras el empate y la expulsión de Alou Diarra.
El conjunto de Laurent Blanc estuvo muy cerca de pagar con la eliminación un equivocado exceso de conformismo. A la ventaja que consiguieron en el Pireo se unió un excepcional tanto de Yoann Gourcuff en el minuto cinco, convirtiendo de manera magistral una falta desde el lateral. Aunque contó con la complicidad de Nikopolidis, inocente en su salida, el genio bretón exhibió su mejor toque de balón para poner a los suyos en ventaja.
Fue entonces, cuando se encontró con un tanto inesperado, cuando el Girondins empezó a jugar más con el resultado que con el balón. Y lo cierto es que durante gran parte del partido esta táctica fue más que suficiente para mantener a raya al Olympiakos. El conjunto griego sufrió para construir el ataque, y chocó en innumerables ocasiones con la barrera formada por Fernando y Diarra.
Jugando contra la mejor defensa de la máxima competición europeo, hace falta algo más que algunos intentos desordenados para buscar el empate. El cuadro heleno acusó la ausencia de un operario en la sala de máquinas que pusiera lógica en la construcción del ataque, en ocasiones desesperado y siempre lejos de establecer contacto con el inglés Derbyshire, que no tocó su primer balón hasta cumplida la media hora de juego.
El Girondins jugó a mantener, a no arriesgar y a reservar esfuerzos, si bien se volcó en las contras para seguir creando peligro. Gourcuff dibujó otro libre directo criminal para el portero, pero esta vez el larguero frenó sus intenciones. Mientras tanto, el Olympiakos fue inofensivo, aunque avisó de la fragilidad del marcador con un gol anulado a Derbyshire en el último minuto antes del descanso.
En la segunda parte el ariete inglés sería expulsado, pero el Burdeos no tomó nota del peligro y alargó la vida de los helenos más de la cuenta. Recostados en la comodidad del resultado, siguieron especulando y se toparon con el gol de Mitroglou, que nada más saltar al campo conectó una volea desde la frontal del área para firmar el empate.
Para empeorar el escenario, Alou Diarra veía dos amonestaciones en los tres minutos siguientes para dejar a su equipo con diez y compensar efectivos en ambos bandos. Sólo entonces los franceses empezaron a reaccionar, si bien serían los de Bozidar Bandovic los que tendrían en sus botas la mejor ocasión para darle la vuelta al resultado y a la eliminatoria.
La fortuna permitió una segunda oportunidad al cuadro galo, que desde entonces redobló esfuerzos y recuperó la superioridad que se le suponía y que ya había mostrado tímidamente durante la primera mitad. Gourcuff volvió a acunar balones, Chamakh a perseguirlos y el Olympiakos a correr detrás de ellos. Así llegó el gol del marroquí, que voló por encima de Raúl Bravo para confirmar la victoria y su clasificación.