España en los Mundiales, de fracaso en fracaso (1978-1990)
- El Mundial de 1978 será recordado por el fallo de Cardeñosa ante Brasil
- España fue una decepcionante anfitriona de un Mundial de fútbol (1982)
- Emilio Butragueño entró en la leyenda en 1986
Ver también: Especial Mundial de fútbol de Sudáfrica 2010
De nuevo aspiraciones muy altas en 1966 y decepción monumental. De nuevo un abismo hasta el siguiente Mundial. Ausentes en México'70 y Alemania'74, España no volvió a la fase final hasta Argentina'78.
Otra vez tocó un grupo complicado, con Austria, Brasil y Suecia. El debut contra Austria terminó en derrota (2-1). Cabe decir que no era la misma Austria que se llevó una 'manita' en el último amistoso, sino el combinado liderado por el gran Hans Krankl.
No estaba todo perdido, pero el partido contra Brasil se antojaba crucial. En aquel encuentro, jugado en Mar del Plata, llegó otro de las imágenes para el archivo de la historia de la selección: el fallo de Cardeñosa. El empate a cero final dejaba a la 'Roja' fuera independientemente de lo que hiciera contra Suecia, que fue ganar 1-0.
La peor anfitriona de la historia
Tocaba organizar el siguiente Mundial y España se confiaba al factor local, como tradicionalmente ha pasado con otras anfitrionas. Pero lo que fue un éxito organizativo se convirtió en un fracaso deportivo, maquillado en parte por sendos arbitrajes caseros ante Yugoslavia y Honduras.
Un penalti a favor en cada partido permitió un empate ante la a priori débil Honduras (1-1) y la victoria ante la correosa Yugoslavia (2-1), que dejaron a España mal parada en cuanto a imagen. A pesar de la derrota contra Irlanda, la selección de Santamaría logró pasar a la siguiente ronda, en la que se formaron grupos de tres equipos. A España le tocó en suerte -suerte es un decir- con Alemania Federal e Inglaterra, con derrota en el primer caso y empate en el segundo.
Llegó la ocasión de lavar el mal sabor de boca cuatro años después -siempre se nos ha dado mejor cuanto más lejos- en México. España debutó ante Brasil con derrota por la mínima, pero reclamando un gol 'fantasma' de Míchel, que la televisión demostró que sí fue.
No obstante, dos victorias frente a Irlanda del Norte y Argelia nos dieron el pase a octavos. Allí llegó el delirio; el 18 de junio de 1986 se grabó en la memoria de los españoles una de las mayores gestas mundialistas. La 'Furia' le metió cinco goles a Dinamarca en una tarde mágica de Emilio Butragueño, que hizo cuatro.
Con la euforia por las nubes, esperaba Bélgica en cuartos -en los malditos cuartos-, que aprendió bien la lección de sus vecinos daneses y marcaron al 'Buitre'. El madridista no pudo marcar y tuvo que ser Señor el que lograra el empate a uno cuando sólo faltaban cinco minutos para el final. Con el mismo resultado se llegó a la tanda de penaltis, donde el sportinguista Eloy Olalla no pudo batir a Jean-Marie Pfaff, que nos mandó para casa, una vez más.
España se convierte en habitual
En los noventa, más de lo mismo. Sin embargo, cabe destacar que desde el 82 España ha conseguido estar presente en todas las fases finales. Sin haber ganado nada, ya es una marca considerable teniendo en cuenta los periodos de ausencia anteriores.
En Italia'90 la 'Quinta del Buitre' ya había madurado y se les suponía mejor preparados que en México. El debut ante Uruguay fue todo un jarro de agua fría. El empate a cero final pudo haber sido peor si Rubén Sosa llega a marcar el penalti del que dispuso.
Uno de los más criticados por la prensa, española e italiana, fue el madridista Míchel. El hoy entrenador del Getafe se sacudió las críticas con un 'hat trick' ante Corea del Sur y un enrabietado "¡me lo merezco!" cuando celebró el tercer gol. El pase a octavos se selló con venganza: 2-1 a Bélgica.
En octavos Yugoslavia apeó a una selección que no pasó a la historia por su brillantez. El tiempo reglamentario terminó con 1-1 con goles casi al final de Stojkovic y Salinas. El propio medio yugoslavo transformó la falta que nos eliminó en la prórroga.