¿Basta el 'espíritu de Capello' para ganar la Liga?

• A pesar del desembolso en fichajes, este Madrid vive de individualidades
• El derbi se ganó gracias a la 'Liverpool connection' y a los fallos colchoneros
• Los tres fichajes hechos en la Premier se confirman como los más rentables

El derbi, una película de terror para el Atlético

El Real Madrid ya puede tachar otra jornada del calendario en su cuenta atrás gracias a que, en un derbi loco por momentos, se impuso el criterio de su jugador con más aptitudes para ello, Xabi Alonso. [Crónica del partido] [Estadísticas del partido]

La 'Liverpool-connection' conectó en el Bernabéu como nunca lo había hecho hasta ahora y tanto el centrocampista de Tolosa como Arbeloa llevaron a cabo, con sus goles, la necesitada remontada blanca.

El Atlético de Madrid desapareció tras el descanso inexplicablemente. Bueno, si tiene una explicación: la lesión de Reyes provocó dos cosas, una fue que el jugador colchonero que más en forma está en estos momentos y que más motivado puede jugar en el santuario blanco se quedara fuera, y la otra que Jurado no aportó el trabajo suficiente en la recuperación que había hecho el de Utrera.

Los dos mediocentros que dispuso Pellegrini en el derbi eran, de las pocas veces que se ha visto, dos jugadores más creativos que destructivos y si nadie les molesta en su labor, porque Tiago no es de presionar (la única vez que dificultó la salida blanca provocó el fallo de Albiol que acabó en el 0-1) y Assunçao, Jurado y Simao no estaban por la labor, pasa lo que pasa.

El Real Madrid saltó al segundo tiempo con la misma idea que había acabado el primero, jugar a base de 'arreones' (o a lo que sea, pero de alguna forma que les sirva para ganar) y tratar de meter las que tengan de nuevo CR9 o Higuaín. Ambos habían fallado una ocasión manifiesta en el tramo final del primer período.

Mínimo con un fallo del Atlético se contaba antes de empezar

Si en el equipo merengue sus artilleros tenían la pólvora mojada, allí estaba el Atlético de Madrid con sus 'regalos' para que no se notara.

Como ha sucedido durante toda la temporada (el equipo, primero de Abel y ahora de Quique, es el conjunto que más goles ha recibido en jugadas a balón parado de toda la Liga) el empate vino gracias al fallo en el marcaje en un saque de esquina por mucho que eso "reviente" a Quique, Antonio López agarraba efusivamente a Xabi Alonso antes del saque sí, pero bien que se encargó de dejarle sólo nada más ponerse el balón en juego.

El gol de Arbeloa demostró este pensamiento a la perfección: Xabi Alonso con tiempo libre para pensar, el lateral derecho madridista se suma al ataque y su marcador, Jurado, no le sigue. Conclusión, pase preciso más definición de delantero del salmantino igual a gol.

El tercero vino de un fallo clamoroso del Atleti, de esos que siempre se cuenta, con uno al menos, en cada partido. No se esperaba que fuera de Tiago, es más, lo curioso fue que no fuera de Perea (al que todo el estadio aplaudió cuando entró al campo en sustitución de Valera, especialmente los aficionados madridistas), y 3-1. Tres puntos casi asegurados y a dormir.

A dormir porque así funciona este Madrid. Cuando no se ve obligado se echa a dormir la siesta y a pensar en el próximo partido. Xabi Alonso, que ya sabe lo que es perderse un partido clave como le pasó ante el Lyon, provocó su quinta amarilla para cumplir ciclo en Santander con una fuerte entrada a Salvio (no con la mano que causó el penalti aunque ésta fuera la única explicación a la suicida acción) y Ramos hizo lo mismo incluso antes.

Si el equipo que ha hecho Florentino Pérez para ganarlo todo en su primer año quiere ganar al menos un título deberá ganar un partido en especial, el que se jugará el día 10 ante el Barça, y si quiere ganarle una cosa es segura, no puede jugar contra los de Guardiola como lo ha hecho ante el Atlético, por muy "bien que juegue en el primer tiempo", como así manifestó Pellegrini en rueda de prensa.

Como así lo haga, difícilmente tendrá regalos de los que aprovecharse y, como se duerman ya se encargarán Messi y compañía de despertarles.