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Duelo estelar en las porterías del Bernabéu

Ver  también: Especial del clásico  Real Madrid - Barcelona

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Valdés y Casillas se 'lanzan el guante' en el 'clásico' del Bernabéu.
Valdés y Casillas se 'lanzan el guante' en el 'clásico' del Bernabéu.

Oscurecidos por el relumbrón que generan otros, más respaldados por la trascendencia que suscita el gol que propician o anotan, Iker Casillas y Víctor Valdés reivindican su particular duelo en el clásico del sábado, alentados por su trayectoria y sus números.

A pesar del brillo que permanentemente desprenden Cristiano Ronaldo, Kaká, Gonzalo Higuaín o Leo Messi, Xabi Hernández, Andrés Iniesta, Zlatan Ibrahimovic... Casillas y Valdés se han ganado por derecho propio su espacio particular y la demanda de la atención como pilares básicos de sus equipos.

El de la portería es uno de los grandes duelos del 'clásico'. Sobre todo ahora. A dos meses del comienzo del Mundial, con Víctor Valdés en plena expansión y con ecos que reclaman la presencia del azulgrana en la terna de metas escogida por Vicente del Bosque.

Casillas está al margen de ese debate. El madrileño es fijo en la 'Roja'. El capitán de la nave. La imagen del mayor éxito de la selección a lo largo de su historia, Eurocopa en mano, obtenida en Austria y Suiza hace dos años.

Pero Víctor Valdés está acostumbrado a nadar a contracorriente. Su titularidad en el 'mejor equipo del mundo' está al margen de cualquier controversia. Aunque ha tenido que sudarlo este futbolista que hace veintiocho años nació en Hospitalet y que cumple su séptima campaña en el primer plantel azulgrana.

En contra de lo que le sucede a Casillas, Valdés ha padecido la sensación de que nada de lo que hacía era suficiente. Incluso ahora, cuando parece haber dejado atrás los llamativos, pero puntuales, errores que echaban por tierra cada destacado recorrido, está aún alejado de ser reconocido como espera.

En plena madurez, ha dejado atrás el carácter distante que ha condicionado su trayecto. Ensombrecido en la base azulgrana por Pepe Reina (ahora en el Liverpool) con el que compartió vivencias en la cantera, pareció salir adelante cuando el holandés Louis Van Gaal tiró de él en la campaña 2002-2003, con veinte años. Salió al paso de las dudas que generó el argentino Roberto Óscar Bonano.

Valdés chocó con la personalidad de Van Gaal, que le devolvió al filial. El meta se negó y desapareció del club durante unos días. Tuvo un pie fuera de la entidad. Pero el cese del preparador holandés le devolvió al primer plano del conjunto azulgrana.

Entonces el Barcelona husmeaba el mercado internacional para cubrir su portería. Contrató al turco Rustu Recher. Pero su inestabilidad propició el retorno de Valdés, que con el también holandés Frank Rijkaard en el banquillo, se asentó como titular.

Consolidado en el curso 2004-2005, cuando acabó como el menos goleado, sus acciones decisivas empezaron a ser reconocidas. Algo en lo que ha tenido mucho que ver el lustroso palmarés que ahora le acompaña, con los seis títulos recientes logrados por el Barcelona y un puñado de recordadas intervenciones de mérito.

Pero es la fructífera cosecha de guardametas que disfruta el fútbol español el que le tiene al margen de los éxitos de la "Roja", su único lunar. Con la que sólo fue citado en una ocasión y con la que aún no ha debutado. Reina está asentado como segundo y Diego López (Villarreal) aunó méritos para ser reclamado y ahora no hay motivos para lo contrario. También contaron Andrés Palop (Valencia). Y ahora pide paso David de Gea (Atlético de Madrid).

Casillas nunca se ha manejado con esa disyuntiva. Apenas, desde sus inicios, fue cuestionado. Alumbrado por el don de la oportunidad que ha sabido rentabilizar, está reconocido como uno de los mejores arqueros del mundo. El mejor del 2008 y del 2009.

Al revés que Valdés, los malos momentos del meta de Móstoles (Madrid) casi pasan desapercibidos. Precoz, convocado por primera vez con dieciséis años, ha salido más que airoso de las cumbres, ahora que cumple su décima campaña en la primera plantilla blanca.

Por derecho propio Iker ha sabido aclimatarse a la 'galaxia'. Alentado por la simpatía que genera entre el gran público y reafirmado por los especialistas, es inamovible en el Real Madrid y en la selección.

Iker Casillas salió reforzado, incluso, del peor momento de su trayectoria. Cuando condenado al banquillo por Vicente del Bosque en favor de César Sánchez, ahora en el Valencia, sacó del apuro al Real Madrid en la final de Glasgow, ante el Bayer Leverkusen, que supuso la novena Copa de Europa para los blancos. Desde entonces, su titularidad ya no se cuestionó jamás.

Iker y Valdés reivindican su propio espacio. La particular preponderancia entre el firmamento de los grandes astros. Donde ambos demandan la condición de decisivos que les ha impulsado en gran parte de sus carreras. Y ahora, en el clásico.