Samaranch, el alma del olimpismo
- Presidió el Comité Olímpico Internacional (COI) desde 1980 hasta 2001
- Tuvo el honor de anunciar el triunfo de la candidatura de Barcelona '92
- Samaranch muere a los 89 años tras una vida dedicada al olimpismo
- Ver más: especial Juan Antonio Samaranch
"Estoy muy cerca del final de mi vida. Tengo 89 años y me gustaría pedirles que consideren darle a mi país el honor de organizar los Juegos Olímpicos de 2016". En las postrimerías de su vida, el pasado mes de octubre de 2009, Juan Antonio Samaranch Torelló apoyó a Madrid en su lucha por organizar los Juegos Olímpicos. El Presidente de Honor del COI defendió a la capital española en la Asamblea del COI, celebrada en Copenhague, pero no pudo ver cumplido uno de sus últimos deseos.
Nacido el 17 de julio de 1920 en Barcelona en el seno de una familia acomodada, la vida de Samaranch estuvo siempre ligada al deporte. Fue concejal de esa materia en la ciudad condal (1955-1962) y Delegado Nacional de Deportes desde 1967. Ascendió en el olimpismo hasta ser nombrado en 1980 Presidente del Comité Olímpico Internacional, cargo que ocuparía durante 21 años. En 2001, agotado tras un largo periodo de responsabilidades, dejaría la primera línea para pasar a ocupar el cargo de Presidente Honorífico del COI.
Su mayor logro, junto con su nombramiento como jefe de la máxima autoridad mundial del deporte, fue contribuir a la organización de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. Su última decepción, la ya citada derrota de Madrid al intentar ser la ciudad organizadora de los Juegos de 2016.
Samaranch compaginó su carrera deportiva con la política y la del mundo empresarial. Estuvo afiliado en Falange Española y fue procurador a Cortes durante tres legislaturas, entre 1964 y 1977, siendo un defensor del franquismo. En 1973 fue Presidente de la Diputación de Barcelona y cuatro años más tarde fue nombrado embajador en la Unión Soviética y Mongolia, cargo que le permitiría establecer vínculos con Europa del Este para posteriormente llegar a la presidencia del COI. En el mundo de los negocios, destacó su trabajo como presidente de La Caixa en 1986.
Antes de ocupar cargos de relevancia en la política y en el COI, fue deportista y periodista. Desde joven compaginó la práctica de diversos deportes como el hockey patines (del que llegó a ser seleccionador español ganando diversos campeonatos del mundo), el boxeo, la hípica, la vela y el esquí entre otros.
Su pasión por el mundo del deporte lo llevó también a trabajar como periodista. Samaranch cubrió al Fútbol Club Barcelona en los años cuarenta. En junio de 1943 protestó por la intimidación que el club catalán recibió en un partido contra el Real Madrid en el que la Guardia Civil los amenazó diciendo que de allí no saldrían vivos si ganaban el partido. Los azulgranas fueron derrotados por 11-1 y sus quejas le costaron perder la licencia de periodista durante un tiempo. De nuevo en la profesión, en 1952, fue enviado especial a los JJOO de Helsinki .
Sus primeros acercamientos al olimpismo serían como jefe de la delegación española en varios Juegos Olímpicos, empezando en los Juegos de Invierno de Cortina d'Ampezzo, en Italia.
El anuncio de Barcelona 1992, su mayor satisfacción
Samaranch llegó a la cima del olimpismo el 18 de julio de 1980, al ser nombrado presidente del Comité Olímpico Internacional en la 83ª Sesión del COI celebrada en Moscú, previa a los Juegos Olímpicos que albergó la capital rusa ese año.
Aunque sin duda, el momento cumbre de la vida de Samaranch se produjo el 17 de octubre de 1986, cuando anunció en Lausana ante la 91ª Asamblea del COI que Barcelona iba a albergar los Juegos Olímpicos de 1992.
Aquel discurso leído en francés en el que se anunció que la "Ville de Barcelona" iba a albergar los Juegos Olímpicos de Barcelona permitió que España organizara por primera vez en su historia unos Juegos Olímpicos, un hito que no ha vuelto a conseguir hasta el momento.
Entre sus logros más importantes se le reconoce haber contribuido a acabar con el boicot político que sufrían los Juegos Olímpicos durante la última etapa de la Guerra Fría, así como haber permitido la participación de deportistas profesionales en los Juegos, lo que aumentó el nivel de la competición.
Bajo la presidencia de Samaranch el movimiento olímpico superó la bancarrota en la que se encontraba sumido desde finales de los setenta y se impulsó la rentabilidad economica del mayor evento deportivo del mundo. Samaranch, también promovió el nuevo Museo Olímpico de Lausana. España reconoció su labor al otorgarle el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes en 1988.
El escándalo de Salt Lake, un borrón en su expediente
Como Presidente del COI, también tuvo momentos difíciles. Tuvo que declarar por el escándalo provocado a causa de los sobornos a miembros del COI para la elección de Salt Lake City como ciudad organizadora de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2002.
A nivel personal, su momento más duro fue cuando tuvo que presidir la gala de inauguración de los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, mientras su mujer, apodada 'Bibis' y con la que tuvo una hija (María Teresa) y un hijo (Juan Antonio), agonizaba en Barcelona. Samaranch se saltó el discurso y mandó un saludo a España dedicado especialmente a su pareja, María Teresa Salisachs Rowe, que murió días después.
En 2001, Samaranch no se presentó de nuevo a la presidencia e ingresó en un centro clínico de Lausana por "fatiga extrema", siendo sucedido por Jacques Rogge, y nombrado presidente de Honor Vitalicio del COI.
Desde entonces, había seguido apareciendo en competiciones deportivas y había tenido ya algunos achaques. En 2007, había sufrido un cuadro de hipertensión, y el pasado mes octubre padeció un desvanecimiento en Mónaco durante su participación en el Salón Mundial de los Medios, el Deporte y la Televisión (Sportel), que le obligó a ser ingresado igualmente en un centro clínico.
En febrero de 2010 asistió en Vancouver a los Juegos de Invierno, donde se le pudo ver en las gradas disfrutando de diversos disciplinas, y hace tan sólo unos días dio sus últimas declaraciones públicas, lamentando en los micrófonos de RNE la muerte del periodista Juan Manuel Gozalo. Esas fueron las últimas declaraciones públicas de un hombre que vivió por y para el deporte.