Pasaban: "Nuestra cabeza y nuestro corazón están en el Annapurna"
- La alpinista mostró su tristeza desde el campamento base del Shisha Pagma
- Edurne dijo que su corazón y el de sus compañeros estabán con el fallecido Tolo
Los montañeros Edurne Pasaban y Asier Izagirre, que se hallan en el campamento base del Shisha Pagma, mantuvieron hoy una emocionante conexión con el polideportivo de su pueblo natal, Tolosa, donde recibieron el cariño de tolosarras, familia y amigos, y tuvieron un especial recuerdo para el alpinista Tolo Calafat, fallecido en la cima del Annapurna.
“Estamos muy tristes, hemos estado en contacto permanente“
"Estamos muy tristes", afirmó Edurne, que relató que han pasado los dos últimos días en permanente contacto con el Annapurna, siguiendo en directo los acontecimientos, "el descenso, los problemas de Calafat, los esfuerzos por ayudarle, la imposibilidad de hacerlo...".
"Aunque estamos en el Shisha Pangma, nuestra cabeza y nuestro corazón están en el Annapurna", aseguró Pasaban en nombre de toda su expedición.
El fallecimiento de Calafat fue la nota triste de la jornada festiva que se vivió en Tolosa, cuyos vecinos, la mayoría de ellos niños, se reunieron en el Polideportivo de las localidad para mantener una conexión en directo con dos de sus paisanos más emblemáticos.
Allí estuvo presente también el alcalde tolosarra, Jokin Bildarratz, que acompañado del concejal de Deportes Oscar Renedo, quiso enviar a Pasaban e Izagirre el apoyo de su pueblo. "Estamos todos deseando agarrarles del trasero y empujarles", para que suban, dijo el primer edil guipuzcoano, que recordó el reciente nombramiento de Edurne Pasaban como 'Hija Predilecta' de Tolosa, un título que la montañera agradeció.
A continuación llegó el turno de los familiares de Edurne, que se emocionó al ver ante la cámara a su madre, Begoña -algo nerviosa por la ascensión al Shisha Pangma de su hija- y su sobrino, Xabat. Las siguientes en intervenir, las dos abuelas de Edurne, Consuelo y Juanita, desearon a su nieta "suerte", "que pase rápido", y "que vuelva cuanto antes".
Con ciertas dificultades en la conexión -debidas a fuertes vientos en la montaña-, tomó la palabra Idoia, amiga de Edurne, para desearle mucha suerte en nombre de todas sus amistades. Finalmente, algunos de los niños reunidos tuvieron ocasión de realizar varias preguntas a la montañera y de ofrecerles unos versos.