María José Martínez triunfa en Roma
- La española rompe los pronósticos ante Jelena Jankovic
- María José se impone por 7-6 y 7-5
La tenista española María José Martínez se hizo con el Torneo de Roma, puntuable para el circuito de la WTA, tras desarrollar un juego brillante y derrotar por 7-6 y 7-5 a la serbia Jelena Jankovic, superada desde el principio por el recital de la murciana.
La tenista de Yecla pone fin a su semana 'mágica' en Roma deshaciéndose de una ex número 1 y mostrando sus credenciales para los torneos venideros -Madrid y Roland Garros- en los que intentará rayar a este nivel.
Haciendo gala de su juego ofensivo, un gran primer servicio y una muestra inacabable de golpes, María José Martínez acabó sellando una victoria de enjundia en el Foro Itálico.
Durante el primer parcial, la igualdad fue la tónica predominante y ambas se fueron hasta el 'tie break'. En la muerte súbita, la solidez de la española salió a relucir sobre la arcilla romana y acabó imponiéndose por 7-5.
En el segundo parcial, la murciana tomó las riendas pronto, pero en el octavo juego perdió su saque y el marcador reflejaba un empate a cuatro. Tras un intercambio de perdidas de servicio, la española abrió el tarro de las esencias y encandiló al público romano. Con su saque cerró el partido en el duodécimo juego y ya nada la apartaría de la gloria en la capital italiana.
Sucesora de Lili Álvarez y Conchita
Además de repetir el triunfo de Nadal en Roma, tras imponerse sobre David Ferrer, Martínez Sánchez ha emulado a Lili Alvarez (primera ganadora del torneo en 1930) y Conchita Martínez (4 títulos consecutivos), las únicas españolas que han ganado este torneo.
"Lo dedico a toda la gente que ha estado conmigo en lo bueno y en lo malo. Es ahora, cuando está saliendo todo lo que he trabajo en estos años", dijo la murciana, que se lleva con este triunfo el premio de 350.000 dólares.
María José estará el domingo en España para disputar el torneo de Madrid, pero aseguró que antes lo celebrará "con una gran cena".
La tenista murciana conquistó Roma no sólo con la victoria en la final, sino también firmando un juego que no se veía desde hace años en el Foro Itálico y que encandiló al público, que la premió al término del partido con una gran ovación.