La malaria... una condena eterna para África
- Malawi sufre el 15 por ciento del paludismo en África
- El mosquito Anopheles, que transmite la enfermedad, hace estragos en el país
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Esta pequeña malauí de ocho años está junto a su madre esperando para ser atendida por un doctor. Solo observando su rostro y sus pocas ganas de jugar se detecta el calvario que está pasando. Diarreas, fiebres muy altas, dolores musculares... el diagnóstico ya lo sabe... sufre Malaria.
Una enfermedad que acabó con la vida de faraones, tan antigua como nuestros antepasados prehistóricos. Todavía en la actualidad golpea con fuerza entre los africanos. El 90 por cierto de los casos mundiales se detectan aquí, sobre todo entre los más pequeños. Es su eterna condena... el cuarto motivo por el que los niños mueren en África.
Malawi...escondido entre montañas con abrumadora vegetación y por dónde se asoma el tercer lago más grande de África, el Niassa.
Después de traspasar la frontera tanzana a 20 kilómetros conduciendo nos espera la hermana Ángela. Es una de las trabajadoras del hospital de Atupele. Desde enero ya se han detectado en este centro casi 500 casos de malaria. Un pequeño país que sufre el 15 por ciento del paludismo en África. El mosquito Anopheles, el que transmite la enfermedad, hace estragos en Malawi.
En otro hospital malauí, en Alinafe realizan tests de Malaria a diario. Durante una de las consultas, dos niños han dado positivo. El 80% de las personas sometidas a la prueba tiene este resultado. La mayoría de los afectados son niños menores de cinco años y mujeres embarazadas. Son los más vulnerables. Algunos recién nacidos no llegan ni al día de edad.
Detectar tarde esta pandemia puede suponer consecuencias letales. En Malawi es la primera causa de mortalidad infantil. La cura no es cara pero la falta de recursos provoca la muerte sobre todo en zonas rurales. Buscan sus propios remedios caseros para combatirla. Pedazos de tronco de arbol hervido en agua esta entre las recetas frecuentes.
"Mejor prevenir que curar"
"Es importante que vengan al hospital para recibir tratamientos efectivos, antes de que sea demasiado tarde" Son palabras de Deuline Msowoya, director del Hospital Alinafe cooperation y todavía hace más hincapié en la prevención. Concienciar a las familias de los poblados sobre la gravedad de la enfermedad y sus consecuencias fatales. Educarles para poder evitarla con sistemas como las mosquiteras y el saneamiento personal.
Mama Julianna vive en una humilde casa de barro y paja ubicada en Ivinga Nzia village, al sur de Kenia. Comparte la preocupacion por la malaria junto a su marido, dos hijos y otros tres pequeños a los que cuida como suyos tras haber fallecido los padres.
Esta mujer con los rasgos caracteristicos que dibujan a la mujer africana recibe a los trabajadores sociales de AMREF. Una organización que lucha por una prevención contra la malaria. Van por los pueblos impartiendo consejos como mantener siempre limpias las manos o tener un único punto localizado dónde acumular la basura.
Las cifras se reducen, los esfuerzos y el aumento de formacion entre los sanitarios locales tambien es un paso hacia delante pero la malaria todavia es una condena antigua contra la que luchan los africanos.