Inglaterra se clasifica al 'estilo Capello'
- Los ingleses vencen a Eslovenia con un gol de Defoe (1-0)
- La selección 'pross' termina segunda de grupo tras EE. UU.
- Alemania - Inglaterra, unos octavos con sabor a final
- Así te lo hemos contado | Estadística | Así queda el Grupo C
Ficha técnica:
0 - Eslovenia: Samir Handanovic; Miso Brecko, Marko Suler, Bostjan Cesar, Bojan Jokic; Valter Birsa, Robert Koren, Aleksandar Radosavljevic, Andraz Kirm (Tim Matavz, m.79); Zlatan Ljubijankic (Zlatko Dedic, m.62), Milivoje Novakovic.
1 - Inglaterra: David James; Glen Johnson, Matthew Upson, John Terry, Ashley Cole; James Milner, Steven Gerrard, Frank Lampard, Gareth Barry; Wayne Rooney (Joe Cole, m.72), Jermain Defoe (Emile Heskey, m.85).
Gol: 0-1, m.23. Defoe.
Árbitro: Wolfgang Stark (Alemania). Tarjetas amarillas, por Eslovenia, a Jokic, Dedic y Birsa, y por Inglaterra, a Johnson.
Incidencias: partido del grupo C, disputado en el estadio Nelson Mandela de Puerto Elizabeth. Unos 40.000 espectadores.
Inglaterra salvó los muebles y logró el pase a octavos de final del Mundial gracias a un solitario gol de Defoe sobre Eslovenia (1-0). Dos goles en tres partidos han bastado a los de Capello para lograr cinco puntos, los mismos que Estados Unidos, que termina líder del Grupo C por delante de los ingleses. Ahora se vaerán las caras con la 'máquina' alemana de Löw.
En justicia hay que decir que la selección inglesa tuvo ocasiones para ampliar el resultado, pero la falta de acierto y el individualismo de Rooney malograron unas cuantas. Los últimos 20 minutos, tras el desgaste físico, los de Capello se dedicaron a hacer lo que sabe el italiano: aguantar sin cometer errores.
Lo que quedará para las estadísticas son cinco puntos logrados en tres encuentros con dos goles a favor y uno en contra. Pobre aliado para quitarse de encima el 'sambenito' de resultadista que tiene Capello.
Pero han sido suficientes para evitar una nueva debacle europea como la de Francia, aunque por primera vez en la historia pasa Estados Unidos por delante de la 'hermana mayor'.
El partido empezó sin un dueño claro, un poco por culpa del césped, que provocaba un bote irregular del balón. A los ingleses les costó ir haciéndose con el dominio, pero fueron imponiendo su mayor calidad gracias a los pases de Gerrard y Lampard, escoltados por Gareth Barry.
Empezó flojo el volante derecho Milner, pero a medida que fue soltándose ganaron en precisión sus centros. Hasta que uno de ellos lo empalmó Germain Defoe a gol en el minuto 22 de partido.
Eslovenia estiró algo el campo por la urgencia del resultado, pero sus ataques carecían de talento a la hora de finalizar. Los de Kek se encomendaban a los pases del número 10, Birsa, pero no tenía el punto de mira atinado.
Liderados por Rooney, sobre todo a raíz del gol, los ingleses empezaban a tener ocasiones para ampliar el resultado, pero el propio delantero del Manchester United las malograba por su afán en anotar su gol.
Tuvieron dos muy claras los ingleses al inicio de la segunda mitad. La primera la envió fuera Defoe, rematando de espaldas una dejada de cabeza de Rooney. Éste también tuvo la suya después de un gran pase de Lampard bombeado, pero su tiro dio en el poste. Otra fue anulada por fuera de juego de Rooney antes de dar el pase de la muerte a su compañero.
Fallan las fuerzas
Cumplida la hora de juego, entro Dedic en el campo y Eslovenia ganó algo en velocidad a la hora de conducir el ataque. El delantero esloveno tuvo en sus botas, junto a Novakovic, una de las más claras para los centroeuropeos, pero sus tiros se estrellaron en Terry y Johnson.
Empezaban a flaquear las fuerzas de los de Capello y el italiano dio entrada a Cole y Heskey, en lugar de Rooney y Defoe. Delanteros por delanteros, los que más estaban acusando el desgaste por sus continuos movimientos buscando la espalda de Eslvoenia.
Los cambios dieron algo de aire a Inglaterra, pero más para aguantar el resultado que para crear jugadas de peligro. Tan sólo a balón parado, como un remate de cabeza de Terry en un saque de esquina.
En los últimos minutos Inglaterra parecía Italia, con los jugadores llevándose el balón a la esquina para dormir el partido, alargando las jugadas a balón parado y otros recursos más propios de los transalpinos. El pitido final del alemán Stark llegó como un soplo de suave brisa en un día de verano.
Los jugadores ingleses celebraban el pase a octavos en el centro del campo y se saludaban cordialmente con los eslovenos, ajenos en ese momento a lo que pasaba entre Estados Unidos y Argelia. La desolación vendría después.