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Hasse exige un ejercicio de concentración a Nadal

  • Gana con esfuerzo al holandés Robin Haase por 5-7, 6-2, 3-6, 6-0 y 6-3
  • David Ferrer derrota al francés Florent Serra en cuatro sets
  • Marcel Granollers y Arantxa Parra, eliminados ante Soderling y Errani

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Nadal tuvo que emplearse a fondo para acabar con el bombardero Haase.
Nadal tuvo que emplearse a fondo para acabar con el bombardero Haase.

El número uno del mundo, el español Rafael Nadal, logró imponerse con muchos esfuerzos al holandés Robin Haase, al que batió en la Pista Central del torneo de Wimbledon por 5-7, 6-2, 3-6, 6-0 y 6-3, en 2 horas y 22 minutos [Así fue el partido] [Todos los resultados de Wimbledon]

El manacorense, ganador de Roland Garros, jugará en la tercera ronda de este "Grande" con el vencedor del partido que disputan en estos instantes el polaco Lukasz Kubot y el alemán Philipp Petzschner, trigésimo tercer favorito.

Nadal, segundo favorito del cuadro masculino, había vencido cómodamente en el primer turno de Wimbledon, en la que se impuso al tenista japonés Kei Nishikori en tres sets.

A su oponente holandés, que venía de vencer al estadounidense James Blake, Nadal lo definió esta semana como un rival "duro, y más en hierba" y en la "Catedral" su rendimiento corroboró las palabras del mallorquín, que sudó más de lo previsto.

Haase estrenó el set aparentemente tranquilo, realmente con muy poco que perder, y sirvió para asestar, como aperitivo, un juego en blanco al número 1, que venía prevenido ante el saque de su rival.

El holandés, que a lo largo del partido tuvo que recibir en un par de ocasiones tratamiento en la pista por unas aparentes molestias en la pierna derecha, aprovechó su única ocasión de rotura para desbaratar el saque del balear, hacer "break" y sellar el parcial inicial con 7-5.

En esa manga, Haase sumó nada menos que 13 "aces" -finiquitó la contienda con un total de 28- frente a los 5 que consiguió Nadal en todo el partido y logró en ese set 18 golpes ganadores ante los 11 de Nadal, que cerró el encuentro con un total de 42 "winners", tres menos que el holandés.

"Me encontré muy bien mentalmente"

Con un guión totalmente imprevisto, este lapso en el primer set no impidió que el zurdo español comentara nada más abandonar la Central que se encontró "muy bien mentalmente" aunque reconociendo que cualquier pulso con Haase supone "un desafío", como quedó patente.

Tras ese contratiempo inicial, el campeón de Roland Garros modificó su esquema mental para afrontar su segundo parcial restando tres bolas de "break" y romper el servicio del 151 del mundo ya en el primer juego.

El segundo favorito recuperó la concentración y se hizo con el control absoluto del segundo set. Le costó poco lograr una indiscutible ventaja y con dos bolas de rotura convirtió el marcador en un 5-2 a su favor. A partir de ahí, no mostró fisuras dramáticas, y se anotó el set por 6-2.

Haase, con un buen resto y una derecha imponente, y siempre sin perder su actitud "zen" frente al número 1, volvió a plantar cara al español. Con 3-2 a su favor y saque del balear, el holandés volvió a quebrar el servicio de Nadal para colocar el marcador en 4-2.

Con cuatro  "aces", el holandés se allanaba el tercer set para ponerse en 5-3, e imponerse al español también en esta manga, a la que Nadal dio la réplica a continuación con un contundente 6-0 en el cuarto set, donde volvió a brillar la pericia del pentacampeón de Roland Garros.

Haase tuvo muestras de dolor durante el parcial definitivo, que se llevó el balear por 6-3 y visibles muestras de satisfacción ya que, como él mismo indicó al terminar, estuvo "muy cerca de perder".

David Ferrer mantiene la firmeza

Por otro lado, el alicantino David Ferrer fue el cuarto jugador  español en acceder a la tercera ronda tras las cimentadas el miércoles por Feliciano López y Albert Montañés después de derrotar al galo Florent Serra, en un encuentro que alargó hasta la cuarta manga (6-4,  7-5, 6-7(6) y 6-3), pero que acabó adjudicándose tras su superioridad al resto.

El de Jávea, que está firmando una gran adaptación a la superficie pese a no participar en ningún torneo precedente sobre hierba, protagonizó un encuentro muy completo desde el servicio (19 'aces') y en el fondo de la pista, donde apeló a su superioridad en los escasos peloteos para culminar seis de las siete opciones de 'break' de que dispuso.

De este modo, y tras voltear una situación inicial adversa (2-0)  en el primer set, el noveno favorito del certamen se vio cómodo y dominando el marcador hasta que al final del tercer set, con 5-4 y servicio, cedió su saque hasta desembocar en una 'muerte súbita' que  reincorporó en el partido a Serra.

Pese a esta eventualidad, el levantino, un batallador en estas lides, 'regaló' nuevos esfuerzos hasta cerrar el encuentro definitivamente tras un última ruptura que le permite igualar su  actuación del pasado año en Wimbledon. Ahora, su próximo escollo tendrá nuevamente origen francés, el de Jeremy Chardy.

Granollers y Arantxa Parra, elminados

Los tenistas españoles Marcel Granollers y Arantxa Parra se despidieron de Wimbledon en segunda ronda al caer ante el sueco Robin Soderling y la italiana  Sara Errani, respectivamente.

El catalán sólo aguantó el tipo ante el sueco Robin Soderling, finalista en Roland Garros, durante el primer set, que cedió al resto en el último suspiro (7-5), pero no fue capaz de superar el mazazo de  perder esa manga, y lo pagó.

Así, en los dos siguientes sets, Soderling puso en liza todas sus  virtudes para acabar venciendo por 7-5, 6-1 y 6-4 en un duelo en el que firmó 15 'aces' por los ocho de Granollers y 42 'winners' por los  15 del barcelonés.

Tampoco tuvo fortuna Arantxa Parra frente a la italiana Sara Errani y se despidió del torneo al caer por un doble 6-2. La  valenciana comenzó muy descentrada el duelo, lo que permitió a la  transalpina ponerse con un favorable 4-0.

En ese momento, Parra tiró de garra y recuperó un 'break', pero Errani se mostraba firme con el resto y terminó llevándose la manga con comodidad. En el segundo parcial, se repitió el guión, la italiana despegó rápido y la levantina no tuvo capacidad de réplica.