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El problemático Jabulani decidirá los penaltis

  • Con las eliminatorias a un solo partido, Jabulani adquirirá más protagonismo
  • El balón es la pesadilla de los porteros por su trayectoria impredecible
  • Todo sobre el Mundial 2010

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El portero de Japón Eiji Kawashima detiene un penalti lanzado por el jugador danés Jon Dahl, en la primera fase del Mundial.
El portero de Japón Eiji Kawashima detiene un penalti lanzado por el jugador danés Jon Dahl, en la primera fase del Mundial.

Como bien han dicho varios jugadores de la selección española el Mundial comienza ahora, con la fase del K.O., los octavos de final, en el que los partidos se pueden decidir en los penaltis, momento en el que Jabulani decidirá la suerte de los equipos.

Nunca antes el balón de un torneo había adquirido tanto protagonismo y menos por las críticas que jugadores y entrenadores han dirigido al esférico.

Los octavos de final que se han disputado hasta ahora no se han resuelto en los penaltis, pero es bastante probable que de aquí a que acabe la competición se requerirán para desempatar alguna de las eliminatorias, puede que incluso la gran final.

Un balón para complicarle la vida a los porteros

En esta ocasión quizá los porteros teman más al balón que a los encargados de lanzar la pena máxima por la trayectoria impredecible y los extraños que Jabulani hace sobre el terreno de juego. Ya lo dijo el portero chileno, Claudio Bravo: "Es un balón especial, hecho para complicarle la vida a los arqueros para que haya más goles".

Según sus creadores, el balón es más suave que los anteriores, su agarre es más difícil para los porteros, por eso favorece que haya más goles, pero también hace que el aire circule ligeramente diferente a su alrededor y que tenga cambios de trayectorias distintos al de otros balones por ejemplo al que se usa en la Liga Española o en la Champions.

Después de las críticas que ha recibido el balón del Mundial, un grupo de ingenieros de California ha sometido al Jabulani a pruebas en el túnel de viento y las conclusiones son que no hay tanta diferencia con otros balones

Además la altura de ciudades como Johannesburgo, a más de 1.700 metros, provoca que el balón vuele más rápido y más lejos.

Ante esto, lo único que pueden hacer las selecciones en este Mundial es practicar todo lo posible con el esférico. En la selección española, José Manuel Ochotorena, preparador de porteros, durante los entrenamientos del equipo, practica con los tres guardametas Iker Casillas, Pepe Reina y Víctor Valdés ejercicios específicos como tiros de falta y penaltis, además de ejercicios para entrenar los reflejos.

Del Bosque es consciente de que el próximo partido de España podría resolverse en el cara o cruz de los once metros, así que en el entrenamiento del domingo reservó un tiempo para que los jugadores practicaran.

Ha habido momentos para olvidar desde los once metros en un Mundial, como el de Eloy en México 66. O momentos en un Mundial que consagraron a un portero -el 'San Iker' Casillas nació en Corea y Japón ante Irlanda- y luego nos dieron pasaporte de todas maneras -en cuartos de final, con el fallo de Joaquín ante Corea del Sur-.

Pero la última vez que nos jugamos la vida a los penaltis es la más memorable. Los cuartos de final de la pasada Eurocopa de 2008, Casillas detuvo dos tiros a Italia, a Di Rossi y Di Natali, mientras que Villa, Cazorla, Senna, Güiza y Cesc Fábregas los transformaban para España.

Examen después del Mundial

La FIFA, que un principio respaldó la calidad de la pelota, no ha hecho oídos sordos a las opiniones sobre Jabulani. "Hemos escuchado las críticas que se han hecho al balón, y en cuanto termine el Mundial nos reuniremos con los técnicos y con Adidas (la marca deportiva que lo ha fabricado) para estudiar el problema", dijo el secretario general del organismo, Jerome Valcke.

A esas reuniones serán también invitados entrenadores y responsables de los equipos que han participado en Sudáfrica.