Holanda llega a cuartos con Robben y poco más
- Los holandeses superan a Eslovaquia (2-1) jugando a medio gas
- Robben se estrena como goleador en el Mundial 2010
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Ficha técnica:
2 - Holanda: Stekelenburg, Van der Wiel, Heitinga, Mathijsen, Van Bronckhorst, Van Bommel, De Jong, Sneijder (Afellay, m.91), Robben (Elia, m.71), Kuyt y Van Persie (Huntelaar, m.77).
1 - Eslovaquia: Mucha, Pekarik, Skrtel, Durica, Zabavnik (Jakubko, m.86), Kukca, Stoch, Weiss (Sapara, m.86), Jendresik (Kopunek, m.71), Hamsik y Vittek.
Goles: 1-0, m.18: Robben; 2-0, m.84: Sneijder. 2-1, 92: Vittek, de penalti.
Árbitro: Alberto Undiano Mallenco (ESP). Mostró tarjeta amarilla a Robben (m.32), Kucka (m.40) y Kopunek (m.72)
Incidencias: encuentro de octavos de final del Mundial 2010, disputado en el estadio Moses Mabhida de Durban ante unos 61.900 espectadores.
Holanda está en cuartos de final después de superar a Eslovaquia por 2-1 y con lo justo. Los goles de los ex madridistas Robben y Sneijder bastaron para dar la victoria a los de Van Marwijk y hacer inútil el tanto de Vittek de penalti con el tiempo cumplido. [Así lo hemos contado]
Ahora los de Van Marwijk esperan en la siguiente ronda al vencedor del Brasil - Chile, que se juega a partir de las 20:30 horas. Gane quien gane, los dos equipos sudamericanos se antojan bastante peligrosos para un combinado holandés que ha ganado sus partidos a medio gas.
La imagen que ha dado la selección holandesa al margen de los resultados -que por otra parte son impecables- es que esconde un as en la manga. Ante Eslovaquia vio un equipo que parecía en un entrenamiento por la falta de velocidad en sus pases.
La selección 'oranje' basó su ventaja en la primera parte en el control del balón, pases fáciles en la medular y un par de balones a la espalda de la defensa, buscando la velocidad de sus extremos.
En uno de ellos llegó la combinación letal entre Sneijder y Robben, igual que ante Camerún. Pero la diferencia es que esta vez el tiro del ex madridista no dio en el palo, sino que entró rozando la base del poste, haciendo inútil la estirada de Mucha (18').
Si poco había demostrado Holanda, menos aún Eslovaquia. Los de Vladimir Weiss -padre- no creaban apenas peligro al meta Stekelenburg, salvo con disparos desde fuera del área. Se marcharon al vestuario sin inquietar a su rival en los primeros 45 minutos.
Se esperaba una Eslovaquia más enrabietada y ofensiva en la segunda mitad, pero las imprecisiones perjudicaban a los centroeuropeos y abrían algún que otro hueco para el contragolpe holandés.
El meta Mucha tuvo que sacar dos buenas manos, otra vez con Robben como protagonista. La primera gran parada llegó a un disparo del extremo tras su habitual recorte hacia dentro desde la banda derecha y la siguiente, tras el saque de esquina, a un tiro a bocajarro de Mathijsen, con pase de la muerte de Robben.
La sensación de peligro pareció despertar a los eslovacos, que probaron la manos de Stekelenburg. Hasta el momento, el portero holandés había sido un mero espectador, pero se vio obligado a mostrar sus reflejos tras sendos disparos de Stoch y Vittek.
Pese a su seguridad y control del balón, se veían algunos despistes en defensa de Holanda. Fue, no obstante, el regalo del meta eslovaco el que terminó de sentenciar el partido.
Un balón largo se lo disputaron Mucha y Kuyt, pero el cancerbero dudó en la salida y el holandés aprovechó para ganar el balón de cabeza y dar el pase de la muerte a Wesley Sneijder, que no desperdició el regalo (83').
Quedaban diez minutos, pero el partido ya estaba prácticamente terminado. Quedaba tiempo para poco, tan sólo el gol de la honra para Eslovaquia.
Era el minuto 93 y Kopunek se llevaba un balón rechazado para driblar a Stekelenburg, quien le derribó antes de que marcara a placer. Correctamente pitado por el español Undiano Mallenco, que se libró así de la polémica arbitral que había precedido al partido.
Vittek transformó la pena máxima sin tiempo para más. Eslovaquia se despedía de su primer Mundial con la cabeza alta y Holanda celebraba el pase a cuartos, donde deberá gastar alguna de las balas que aún tiene en la recámara ante la siempre temible Brasil.