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Nadal acecha su segundo Wimbledon

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Nadal luchará por su segundo Wimbledon

Rafa Nadal ya está en su cuarta final de Wimbledon. El nº1 del mundo superó en tres sets al escocés Andy Murray (6-4, 7-6 y 6-4) y aspira a alzarse con su segundo trofeo del All England Tennis Club. El siguiente obstáculo será el domingo ante el checo Tomas Berdych, que venció en la otra semifinal a Novak Djokovic.

El balear se impuso en un partido más igualado de lo que refleja el marcador (tres sets a cero en poco más de dos horas), puesto que los dos primeros sets se decidieron en puntos clave, que se decantaron del lado de Rafa. En la manga definitiva, Nadal remontó un 'break' en contra y terminó resolviendo con otra rotura ante un Murray que no aguantó la presión.

Si ante Soderling en cuartos dio muestras de guardar mucho tenis en la chistera, en semifinales ante Murray dejó claro que su cabeza funciona casi mejor que su muñeca y supo sobreponerse a la presión de jugar ante un 'top ten' que contaba con el apoyo del público.

Un año más, el All England Tennis Club de Londres se queda con la miel en los labios de ver a uno de los suyos, un británico, levantar el trofeo del Grand Slam más prestigioso del circuito. Famosos como David Beckham y el cantante Cliff Richards, presentes en la grada, se marcharon con un sabor amargo.

Sobre la hierba de la pista central, ninguno de los dos quería tener el 'honor' de ceder su servicio por primera vez, por lo que el primer set comenzó con mucho respeto mutuo. Tanto que al final del mismo las estadísticas sólo reflejaban un error de Nadal por cinco de Murray.

Así se decidió: en el noveno juego los errores del británico provocaron el 'break', cuando en los parciales anteriores se había mostrado muy resolutivo con su saque y daba muestras de ser él quien pusiera en más aprietos el de Rafa. El español aprovechó su ocasión y se adjudicó la manga.

Aprendida la lección, Murray no cedió un solo juego con su servicio; Nadal tampoco. Pero lejos de verse un partido aburrido, ambos demostraron por qué están entre los diez mejores tenistas del globo. La diferencia es que sólo uno está en lo más alto.

Sólo con esa calidad y esa capacidad de concentración se explica que en el 'tie break' Nadal sea capaz de levantar un punto de set en contra para luego ganar. Si, además, la suerte esta de tu lado y esa bola que roza en la red cae del lado del rival, mejor que mejor.

Rafa iba ganando en confianza con su derecha, tanto que se permitía acomodar el cuerpo en el lado de su revés para devolver golpes ganadores, aún a riesgo de dejar el otro lado de la pista al descubierto.

Murray reacciona... y se desmorona

El tercer y definitivo set prometía ser el de la resurrección de Murray, puesto que comenzó el escocés asumiendo más riesgos y atacando el saque de Nadal para hacerle un 'break' en blanco y consolidarlo en el siguiente juego.

El de Manacor no se vino abajo y con paciencia esperó la ocasión propicia para anular la ventaja de Murray, pero éste parecía intratable con su servicio.

Y la paciencia dio sus frutos en el octavo juego, de nuevo gracias a detalles. Una combinación de errores no forzados de Murray y la presión de Rafa pusieron el 30-40 en el marcador. El británico pareció rehacerse cuando forzó la igualdad y se puso con ventaja, pero no contaba con la tozudez del número uno del mundo.

Nadal devolvió la igualdad con subida a la red incluida; ahí se vino abajo el de Dunblane y cedió una doble falta. De nuevo punto de rotura de Rafa, que esta vez no desaprovechó.

Tras ganar su saque con solvencia, en blanco, Nadal se vino arriba consciente del mal momento moral de su oponente, y certificó el pase a su cuarta final de Wimbledon rompiendo el saque de nuevo con autoridad.

Ahora jugará la final de Wimbledon, que ya ganó en 2008, pero esta vez ante un rival que no será el habitual. Jugará contra un Berdych que viene muy motivado después de deshacerse de Federer en cuartos y Djokovic en semifinales, nada menos que los números dos y tres de la ATP.

La estadística está a favor de Nadal por 3-7 en sus anteriores enfrentamientos, pero la final será la primera ocasión en que se medirán sobre hierba. Y nada menos que la de Wimbledon.