Momentos de infarto que valen un billete a la final
- El gol de cabeza de Puyol vale un billete a la final del Mundial ante Holanda
- Pedro puso a todo un país con el corazón en la boca cuando falló el 0-2
- Ver también: Mundial 2010 | Así te contamos el partido | Las claves
- Estadísticas del encuentro | Alemania | España | Los goles del Mundial
- Así va el 'pichichi' del Mundial de Sudáfrica
Nadie dudaba que para llegar a la final de un Mundial hay que dejar a los mejores atrás y eso es lo que hizo España, vencer a la selección más en forma de todo el torneo, la Alemania de Joachim Löw. Los 'bajitos' se aliaron de nuevo para marear a un señor equipo, que llegaba apisonando con goles, contundencia y un estilo adaptado del 'made in Spain' de la Eurocopa. [Las claves del partido]
El control del partido por parte de España fue total, ni un instante de duda en los jugadores de la 'Roja', pero cierto es que los nervios afloraron en los minutos finales del partido. Los últimos cinco minutos se hicieron horas para unos jugadores que iban a escribir otra línea en la historia del fútbol español.
Pedro, que hizo un partidazo, tuvo en sus botas el gol de la tranquilidad. Minuto 85, todos los alemanes volcados en el ataque, robo de balón en el centro del campo de Xavi, pase en profundidad a Pedro, el canario encara al central aleman, por detrás llega Torres y la superioridad del ataque español hace pensar en el segundo tanto.
Todo un país de pie, con el gol, ¡el 0-2!, a punto de escaparse de las bocas, alegría asegurada, el pase a la gran final estaba hecho, prepárate Holanda... Pero no, Pedrito decide encarar al central, no ve al delantero del Liverpool, cuando le ve es tarde, intenta irse de tacón, una vez, otra, y llega a la cobertura Metersacker para sacar el balón.
El gol que ya cantaba todo un país y lloraba otro se transformó en un lamento generalizado que enmudeció a la afición española. La tranquilidad del segundo tanto se escapó y los nervios propios de una película de suspense, de una película ya vista, continuaron.
En la cabeza de todos los españoles se mascaba el final feliz. Esta generación de locos bajitos ha cambiado la mentalidad derrotista de años fatídicos para el fútbol nacional en el que si algo podía salir mal, acababa peor. No es poca evolución, y refrendada además ante el mismo rival.
De Pedrito a Don Pedro
Pedro fue sustituido por Silva. Canario por canario. El primero, tinerfeño, se marchó lamentando la oportunidad errada, pero tenía todo el apoyo de sus compañeros porque había hecho un partidazo y fue clave en la mejoría del juego de España. Otro de los señalados para la gloria, otro para el debate en la alineación de la final.
Fue la noche de los héroes de la final de Austria y Suiza, una reedición mejorada de hace dos años y una semana. Los alemanes volvieron a sucumbir y Schweinsteiger volvía a lamentarse otra vez, la pesadilla del teutón tenía un color, el rojo.
Antes de la gran final, también hubo que superar momentos de inquietud, pero sólo eso. En la primera mitad, el recital español fue absoluto, el 'cerebro', Özil, se cortocircuitaba y desesperaba y es que el jugador del Werder Bremen no está acostumbrado a correr detrás de la pelota.
Los alemanes se veían desbordados en todas las líneas, pero entonces aprovecharon dos córners seguidos, pasados los 20 primeros minutos, para inquietar a la zaga roja. En el primero, Casillas llegó a tocar con la punta de los dedos lo suficiente para evitar el remate de Friedrich. El de Móstoles dejó entrever cierta inseguridad.
Pero en el siguiente saque de esquina, la única manera en que llegaban los teutones, el capitán se puso los galones y metió los dos puños para mandar un mensaje de tranquilidad a todo el país.
Momentos de incertidumbre
Los primeros 45 minutos se iban a cerrar con el empate a cero y una España muy superior a Alemania. Pero entonces, el héroe del partido, carles Puyol, perdió un balón en la frontal del área y Schweinsteiger le dio un pase a Özil entre líneas y el centrocampista se iba a plantar cara a cara ante Casillas, pero apareció Sergio Ramos y el jugador de origen turco se fue al suelo.
Segundos tensos, los jugadores de ambos combinados clavaron sus miradas en el colegiado húngaro Viktor Karssai, que con buen criterio ordenó al teutón levantarse sin dudarlo.
La segunda parte fue otro recital de España, Löw fue agotando los cambios, consciente de que debía de hacer algo para acabar con el 'baño' de fútbol al que estaba siendo sometida su selección. Pero no le sirvió de mucho.
Tras el golazo de fe de Puyol, los alemanes sabían que su billete de vuelta estaba sacado, pero antes de sellarlo intentaron luchar, como es habitual en ellos. La más clara oportunidad de empate la tuvo Kross, el jugador del Leverkusen chutó sólo en el segundo palo, pero el 'Santo' evitó la tragedia con un paradón.
Tres minutos de descuento, la vida que el húngaro les dejaba a los agonizantes jugadores teutones. España sabía que esta era la suya y jugaron con mucha cabeza hasta que se llegó al final del partido en Durban y el sueño se cumplía.
Los chicos de Del Bosque han hecho sufrir y disfrutar a todo un país que ya espera que levanten la Copa del Mundo en el partido del domingo ante Holanda.