Cavendish repite victoria en la sexta etapa
- El ciclista británico logra su segunda victoria consecutiva
- La etapa más larga del Tour se decidió, de nuevo, al sprint
- Ver también: Clasificaciones | Especial Tour de Francia 2010
Tardó en conseguirlo, pero Mark Cavendish ya le ha cogido el tono a este Tour de Francia. Después de su primera victoria en la etapa de ayer, con lágrimas incluidas, el británico se ha vuelto a imponer con claridad a todos sus rivales en el sprint de Gueugnon, tras 227,5 kilómetros bajo el sol.
De nuevo, el HTC Columbia ha trabajado a la perfección para colocar a su corredor en la mejor posición para la batalla final. Después del control del Garmin en el último kilómetro, el escudero de Cavendish, Mark Renshaw, le llevó en volandas hasta los últimos 500 metros, en los que el flamante ganador de etapa destrozó a Farrar y Petacchi con su tremendo golpe de pedal.
El ciclista de la Isla de Man vuelve por sus fueros, al nivel que le llevaron la pasada temporada a ganar seis etapas en el Tour y apuntarse 23 triunfos en la temporada. Más tranquilo y pleno de confianza, alzó los brazos con un tiempo de 5h.37.42, en una jornada más lenta que todas las anteriores, ya que se rodó a una media de 40,2 kms/hora
Por tercer día consecutivo, el Tour firmó una etapa llana, con una larga escapada y con un final al sprint. Con sus dos victorias, Cavendish ha igualado las de su rival en las llegadas Hushovd. Por su parte, Fabian Cancellara llegará a los Alpes con el maillot amarillo, que mantiene una jornada más.
Los favoritos comenzarán a probar sus fuerzas en la primera batalla alpina en la inédita estación de Rousses. Andy Schleck, que guarda la renta que le facilitó Cancellara en la etapa de pavés, afrontará el ascenso a Rousses sin su hermano Frank, que se cura de su fractura de clavícula, pero con una ventaja de 31 segundos sobre Alberto Contador, noveno clasificado.
Contador no descarta un ataque en los Alpes
El madrileño, que aventaja a su vez a Lance Armstrong en 45 segundos, no descarta un ataque en los Alpes, pero elude la responsabilidad, "ya que son otros corredores y otros equipo los que tienen que llevar la responsabilidad de la carrera".
Un jornada de muchos kilómetros, enorme calor en la región borgoñesa y poca sustancia. Los aventureros cumplieron con su papel: la escapada; los favoritos se dedicaron a no deshidratarse bajo el sol y ahorrar energías para el primer asalto montañoso y los equipos de los esprinters se pusieron las pilas a 10 kilómetros de meta para colocar en condiciones a sus respectivos galgos, justo cuando fue anulada la escapada de turno.
Esta vez la protagonizaron el vizcaíno Rubén Pérez (Euskaltel-Euskadi), el francés Perget (Caisse d'Epargne) y el alemán Sebastian Lang (Omega), si bien se unieron momentos antes de la absorción los franceses Champions (Ag2r) y Charteau (Bouygues). Esfuerzo baldío para el trío inicial y sus visitantes, escapados durante 210 kilómetros.
Nadie discutió el guión establecido. Los hombres de Cavendish pusieron al personal en fila, el Garmin incordió metiendo a medio equipo en cabeza y el Lampre a la expectativa con Petacchi con la caña preparada. Los Garmin metieron a Farrar en cabeza tras la última curva, pero Renshaw le tomó la matricula y se fue a por él. Cavendish se puso a su sombra. El primero se apartó a 250 metros de la línea y el resto fue coser y cantar victoria.