Donde dije Diego, digo pulpo
- Maradona, genio y figura desde el famoso "que la chupen"
- El pulpo Paul, otra de las estrellas, ha generado comentarios de traca
- Repasa nuestro especial: Mundial 2010 de Sudáfrica
"Alea jacta est", cuentan los cronistas que dijo Julio César tras cruzar el río Rubicón. La narración de los hechos históricos está acompañada de frases brillantes y un Mundial de fútbol como el que hemos vivido en Sudáfrica nos ha dejado algunas de lo más extravagante.
Todos rezan para que su selección alcance la gloria. Las referencias a Dios están a la orden del día, pero no parecen ponerse de acuerdo en a qué equipo favorece con sus designios.
Para Diego Armando Maradona, seleccionador argentino, está claro: "Nos vemos en la final si Dios quiere... Y Dios va a querer", dijo en la previa del Argentina - Alemania. A lo mejor se refería a él mismo, pero se ve que no tiene tanto poder.
También creía tener a la divinidad de su parte el portugués Cristiano Ronaldo. Una de las decepciones del Mundial, pero que después de golear a Corea del Norte se vino arriba: "Dios nunca duerme, sabe quién se lo merece", declaró.
Pero los dos se dieron de bruces con la triste realidad. El primero CR7, señalado tras perder ante España en octavos y esquivo con la prensa: "Pregunten a Queiroz", dijo cuando le pidieron explicaciones. "Tengo derecho a sufrir solo", fue su amargo epílogo al Mundial.
Por su parte, Maradona comparó su eliminación ante Alemania con un combate de boxeo ante el mejor de la historia: "Es una trompada de Mohamed Alí. No tengo fuerzas para nada".
Los españoles, por su parte, prefirieron ofrecer su devoción a alguien de carne y hueso, como Cesc Fábregas, quien después del partido ante Paraguay no dudó en elogiar a Iker Casillas: "Iker es un Dios. Para el fútbol español no hay jugador más grande en la historia que él, por lo que es como persona, capitán y jugador". Su compañero Gerard Piqué, que cometió un penalti sobre el paraguayo Cardozo, estuvo en la misma línea al decir que se le apareció "la Virgen" con Iker.
Volviendo a Maradona, su carácter ha dado mucho juego antes, durante y después del Mundial, como hemos visto. Antes con el ya legendario "que la chupen", que dedicó a sus críticos después de vencer a Uruguay y lograr el pase.
Durante, con sus diferentes enganchones. Al brasileño Pelé no le puede ni nombrar: "Un 'morocho' que jugaba con el diez", dijo en una ocasión. 'O Rei' criticó el "estilo de vida excéntrico" del argentino. El aludido había dicho unos días antes a su enemigo: "Que se vaya al museo".
Tampoco se libró el alemán Schweinsteiger, quien recelaba de las formas extradeportivas de los jugadores argentinos. "¿Qué te pasa, estás nervioso?", no se cortó el 'Pelusa'.
El ídolo de la albiceleste demostró tener una especial predilección por la selección española, pero no precisamente para elogiarla. "Si ponen las porterías de costado, España mete diez", dijo sobre la efectividad en ataque.
Los integrantes de la expedición española no entraron al trapo. El único en dedicarle unas palabras fue el siempre diplomático Vicente del Bosque. Muy en su línea, el seleccionador dijo: "Maradona es un tío majo, a veces un poco pesado".
En relación con España, los paraguayos no guardan un buen recuerdo del árbitro del partido, Carlos Batres. Antes de disputarse el encuentro de cuartos, el ex portero de los guaraníes, José Luis Chilavert dijo de él que no tenía "nivel para estar en una Copa del Mundo, el árbitro se pasa insultando a los jugadores. (...) Es desastroso".
Tras la derrota, las quejas en Paraguay fueron casi unánimes, hasta el punto que el seleccionador Gerardo Martino dio las gracias a la FIFA. Sí, las gracias "de antemano a la FIFA por las disculpas sobre el arbitraje".
Pero el camino de la Roja a la final no lo paró nadie, ni siquiera el pulpo 'Paul', oráculo de los partidos de Alemania, y convertido en icono del Mundial por la afición española desde que acertara con el resultado de la semifinal y anticipara el de la final ante Holanda.
Incluso los representantes del Gobierno español se rindieron a su poder adivinatorio. El ministro de Justicia, Francisco Caamaño afirmó: "Lo mejor que se puede hacer con el pulpo Paul es no acercarlo a Galicia porque correríamos la tentación de comérnoslo, y creo que merece, acertando como acierta, mejor destino". Su compañero de gabinete en Industria, Miguel Sebastián, pidió "traerlo a España y declararlo héroe nacional". Y la titular del ramo de Agricultura, Elena Espinosa, adelantó que pediría "una propuesta de veda para el pulpo".
Para los alemanes fue un palo que su cefalópodo favorito les diera la espalda en favor de España, pero se lo tomaron con deportividad. Tanto que el propio presidente federal, Christian Wulf, iba con la Roja... o no: "Yo apoyaré a España, por supuesto, pero también me gusta Holanda, y creo que ganará el mejor". Así cualquiera acierta.