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El amargo récord del 'paciente' árbitro inglés

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Howard Webb muestra una tarjeta amarilla a Van Persie.
Howard Webb muestra una tarjeta amarilla a Van Persie.

Tras 17 años de carrera arbitral el 11 de julio de 2010 estaba marcado en rojo en el calendario existencial de Howard Webb. Era la culminación de su trayectoria: pitar la final de una Copa del Mundo, en un ambiente de fiesta y con dos equipos que apostaban por el buen fútbol y el juego de toque, algo que beneficaba a un colegiado que, siguiendo la tradición inglesa, quería dejar jugar.

Sin embargo, más que el rojo el protagonista del partido fue el amarillo: las catorce tarjetas que sacó Webb fue el récord absoluto de las finales del mundial, muy por encima de las seis que sacó el brasileño Romualdo Arppi Filho en la final del Mundial del 86, la anterior plusmarca tarjetera.

Y, lo peor de todo es que, visto el partido, más que la presencia abrumadora del amarillo de las tarjetas, lo que se echó de menos fue un mayor número de expulsiones, dado el juego violento desplegado por Holanda, con entradas tan salvajes como la patada en el pecho a lo Bruce Lee del holandés De Jong.

Críticas inglesas

"Webb, en realidad, tuvo poca elección en un encuentro que se enfangó desde el comienzo, cuando Robin Van Persie entró con estrépito por detrás a Sergio Busquets. La táctica de ganar jugando sucio se estableció pronto. Desde entonces, el gran logro de Webb fue que los holandeses no se quedasen con diez o incluso con nueve antes del descanso", detalla el diario The Guardian.

Y es que para la prensa inglesa el análisis del papel del árbitro, única 'cuota' británica en la final, se ha convertido en una cuestión prioritaria.

"Afortunadamente nuestro hombre en la final no decepcionó. El mayor partido de su vida deportiva fue truncado por un equipo holandés dispuesto a fastidiarle la ocasión", asegura el rotativo amarillista The Sun, que culpa a los holandeses de todos los males de la final más sucia que se recuerda.

"Webb tomó varias de las grandes decisiones equivocadas. Debería haber enviado a Nigel de Jong a la caseta por plantar sus tacos en el pecho de Xabi Alonso. Si Webb estuviese de servicio en su trabajo de Policía en South Yorkshire le habría arrestado", comenta el Daily Telegraph.

Pero la actuación arbitral no solo provocó indignación en España; también el entrenador holandés arremetió contra él tras finalizar el partido.

Quejas holandesas

"No creo que el árbitro controlase bien el partido", aseguraba Bert van Marwijk, que incluso insinúa que Webb estaba condicionado por sus errores arbitrales contra España en el primer partido del mundial, la única derrota española.

"Yo he leído unas pocas cosas hoy de cómo de enfadados estaban los españoles con la forma en la que Webb arbitró el primer partido contra Suiza, reclamando que no les había pitado dos penalties. Si ves cómo ha actuado hoy, casi se podría pensar que el primer partido tuvo influencia en esta final", insinuaba.

Los holandeses creen que Puyol debería haber sido expulsado por la falta a Robben al borde del área que no pitó Webb y que la jugada del gol viene precedida de un corner a su favor que el colegiado se 'comió'.

"El cinismo de los holandeses es deprimente", concluye el cronista del Telegraph, que arremete contra los 'oranje'.

"España es el mejor país jugando al fútbol en los últimos años, por lo que necesitábamos tener un buen día para ganarles. Hicimos un buen trabajo táctico. No es nuestro estilo, pero...", se justificaba el técnico holandés.