Silva evita que España se estrelle en su debut como campeona
- 1-1 Chicharito marcó en el minuto 12 de partido y Silva empató en el 91
- España acusó la falta de rodaje y jugó un mal partido sin ocasiones de gol
- Así fue el Minuto a minuto del partido Visita el Especial Sudáfrica2010
- Ficha técnica.
1 - México: Guillermo Ochoa (m.55, Jesús Corona) ; Efraín Juárez, Francisco Rodríguez, Héctor Moreno (m.65, Leobardo López), Carlos Salcido; Gerardo Torrado, Rafael Márquez (m.58, Paul Aguilar) , Andrés Guardado (m.70, Fausto Pinto), Giovani dos Santos (m.65,Elías Hernández) Carlos Vela (m.58, Enrique Esqueda), y Javier Hernández (m.46, Pablo Barrera). Entrenador Enrique Meza
1 - España: Iker Casillas (m.46, Víctor Valdez); Ignacio Monreal, Carlos Marchena (m.65, Gerard Pique), Carlos Puyol (m.46, Sergio Ramos), Bruno Soriano (m.72, Pedro); Santiago Cazorla, Francesc Fábregas (m.46, Xabi Alonso), Juan Manuel Mata (m.46, Jesús Navas), Sergio Busquets (m.61, Xavi Hernández); Alvaro Arbeola y Fernando Llorente (m.46, David Silva). Entrenador Vicente del Bosque
Goles: 1-0.m.12: Javier Hernández, 1-1.m.91, David Silva
Árbitro: El panameño Roberto Moreno amonestó al mexicano Márquez (m.28) y a los españoles Busquets (m.42), Pujol (m.45).
Incidencias: El trofeo Bicentenario de la Independencia fue otorgado a España como gesto de cortesía
A España le ha pasado como a los boxeadores que descuidan su juego de pies. Pueden tener más pegada, más fuerza y mejores golpes, pero sin velocidad ni nervio para sacarlos a relucir, es fácil abatirles aunque sea por un rival más pequeño. España tiene muchos recursos, pero le faltó rapidez para sacarles partido. Parecían lentos al defender y faltos de chispa para atacar. Las piernas no respondían. Estaban todavía de vacaciones. Jugó un fútbol lento y plomizo sin pegada ninguna.
Les salvó un chispazo literalmente a última hora. Una pase de Xavi y Silva que evitó la derrota sobre la bocina. Poco más ofreció España que si consiguió el empate fue también porque el gol de Silva viene precedido de un error tremendo de la defensa mexicana, que le regalo el balón a Xavi y le dejó tiempo para pensar que hacer con él. En esas condiciones, donde sólo faltaba una alfombra roja, Xavi se sacó un gran pase al hueco hacia Silva que consiguió un empate que maquillaba un mal partido con trazos de siesta veraniega.
¿Pero Tanto puede cambiar un equipo en sólo un mes? La respuesta parece evidente visto lo visto y la ecuación es sencilla. A menos tensión competitiva y menos preparación física, el resultado, siempre es menos brillante. Se echó de menos a Villa y a Iniesta y en general, todos estuvieron muy lejos de su mejor versión, especialmente arriba, porque en la delantera, que fue un desastre. Por fuera del tanto de Silva, no hubo, ni una sola buena ocasión de gol para España. Quizá el par de arreones de Pedro al final pero poco más.
Y eso, que como exigía el contrato firmado con los mexicanos, prácticamente todo el equipo era el mismos que en Sudáfrica, que eran recibidos casi como héroes.
Pasillo a los campeones
Antes de salir al campo, todos esperaban a la Roja. En la grada, los más de 100.000 espectadores, a pie de campo una nube de periodistas apuntando con sus cámaras, y ya dentro de las líneas del terreno de juego, un pasillo formada por los jugadores mexicanos para recibir al campeón del Mundo. Era la imagen que la prensa española no podía perderse y que los aficionados esperaban casi con más ganas que el propio partido.
De esta forma. España estrenó la estrella de campeón del mundo sobre el escudo. Era un homenaje en toda regla que sin embargo cambiaba de color en tan sólo 10 minutos.
Chicharito Hernández, la estrella de México y nuevo fichaje del Manchester United aprovecho un despiste de la defensa española, que jugaba muy adelantada y que a su espalda dejó un hueco por el que entró el 14 mexicano que se plantó cara a cara contra Casillas antes de marcar el primer gol.
Casillas aguantó bien de pie, sin vencerse a ningún lado, sin caer en ninguno de los amagos del pistolero mejicano, pero lejos de ponerse nervioso al ver que Iker le mantenía el pulso, el joven delantero de 21 años cerró la jugada de lujo con un disparo con la pierna derecha.
Gritó la grada en un estadio que retumba, saltó el banquillo mexicano y Chicharito se vino definitivamente arriba. Desde entonces no paró de pedir la pelota. De tirar diagonales de un lado a otro. De ir a por batalla a cualquier rincón del campo. Se sentía capaz de ganar cualquier enfrentamiento, y a punto estuvo de marcar el segundo tras un gran recorte al borde del área con un disparó que si no llegó a la portería fue porque Marchena se lanzó a la desesperada y paró la pelota con el cuerpo.
Se apagó la luz
Justo desde la misma posición pero unos minutos más tarde, Márquez, el ex del Barcelona, tuvo otra gran ocasión que obligó a volar a Casillas al que se le acumulaba en trabajo en esta particular vuelta al cole.
A España le faltaba su habitual fluidez en el centro del campo. Sí, estaban los bajitos, pero el balón no viajaba tan rápido de los pies de uno a otro. De hecho, un equipo acostumbrado a tocar hasta marear al rival, tuvo su mejor ocasión en una jugada aislada, un disparó muy lejano de Cazorla que pegó en el larguero.
Del Bosque había sacado un equipo en el que llamaba la atención el debut de Bruno, la vuelta de Cazorla y Monreal y la titularidad de Mata y Llorente arriba. Es decir, un equipo muy distinto al bloque fundamental que se hizo con la Copa del Mundo en Sudáfrica.
España seguía jugando con la defensa muy adelantada y como las piernas no respondían, los mexicanos seguían encontrando huecos por los que colarse y Carlos Vela casi marca el segundo antes del descanso.
Silva rescató al equipo
En la segunda parte, cambió medio equipo y entraron, Silva, Navas, Valdés, Ramos, Xabi Alonso. Mejoró el equipo con los Xabi-Xavi al mando pero faltaba pegada arriba. El ritmo era el de un partido de pretemporada, y encima con el recuerdo fresco de los éxitos todavía recientes del Mundial hacía que pareciera todo todavía más lento y plomizo.
En el estadio Azteca, escenario de dos finales de la Copa del Mundo y con una capacidad de 105.000 se escucharon los oes pero para acompañar las jugadas de México y no los de la vigente campeona del Mundo, que a punto estuvo de estrellarse en su debut como campeona. Si la Roja fuera un coche podríamos decir que lo tiene todo: motor, diseño, acabado, complementos... pero esta vez le faltó gasolina y al final casi se queda tirado en la cuneta.
Silva rescató al equipo con su gol y consiguió el empate con el que salvaron los muebles. El partido fue malo pero se recordará por el resultado, y por encima de todo, porque fue la primera vez que La Roja lució en la camiseta una estrella que ya desde ahora le acompañará durante todos los años y durante todo el camino que quede por delante.