El Madrid se trae la copa atada en la fila 27
- El Madrid de Mou gana su primer partido serio gracias a Casillas
- CR7 volvió a ser le mejor del partido
- Discreto debut de los nuevos y lesión de Garay
En la fila 27 y atada por tres cinturones de seguridad viajaba la copa que Casillas había levantado unas horas antes en el centro del campo del Bayern de Munich. Era el último pasajero de un avión que viajaba en silencio entre almohada y auriculares gigantes y diminutos mp3 y que aterrizaba en Madrid a las 3 de la mañana. Sólo Xabi Alonso daba guerra, e igual que en el viaje de ida, nada más despegar se levantaba de su sitio para ir a hablar con unos y con otros. Él igual que cuando juega en el centro del campo. De lado a lado, incansable, hasta que tuvo que dejar de hablar con Casillas porque iban a aterrizar.
Era el final de un día que para los jugadores había empezado sobre las 7 de la mañana del día anterior y que había sido testigo de un viaje relámpago a Munich para jugar un partido plomizo y gris de pretemporada en el que la peor noticia era la lesión de Garay, que subía al avión con muletas y con una luxación en su rodilla.
El Madrid se vino de Alemania con la Copa de campeón de este partido homenaje a Franz Beckenbauer, pero la sensación en el campo fue que el Bayern mereció quedarse con esa copa. El Real Madrid, en su primer test serio de la pretemporada estuvo sólido pero muy apagado. Faltó creatividad y chispa especialmente en la parte de arriba. Canales, que ilusiona por las maneras que deja entrever, estuvo voluntarioso pero poco acertado, Higuaín apenas tocó el balón y de nuevo fue Cristiano el único capaz de, aunque fuerza a tirones, darle algo más de emoción al choque.
El debut de Khedira y de Ricardo Carvalho fue muy discreto. El primero ofreció despliegue físico para escoltar a Xabi Alonso en labores defensivas pero provocó medio penalti en contra al darle una 'patata caliente' a Ramos dentro del área que el lateral sevillano no supo despejar y que desembocó en una incontestable falta que por suerte para los blancos, salvó Casillas.
Carvalho demostró oficio y veteranía pero Ribery en un uno contra uno hizo que crujieran las articulaciones y demostró que debe jugar arropado porque ya no es tan rápido como antes.
De todos, la peor nota de la clase fue para Di María que salió en la segunda parte y prácticamente todos los balones que tocó los acabó perdiendo. Todo lo contrario de lo que ocurrió con Pedro León, que ocupó su puesto en la banda derecha en la primera parte. Léon jugó siempre con criterio, puso varios buenos centros al área y cuajó un buen papel en defensa. Si los dos luchan por un puesto, visto lo visto, ahora parece mercerlo más el español que el argentino.
Al final de este primer test, la conclusión que se saca es que, al menos por el momento, lo mejor que tiene este equipo es lo que ya lucía el año pasado: Cristiano y Casillas
Casillas sigue levantando copas
Si el Madrid sigue sin perder en esta temporada es gracias a que su portero le salvó la vida en varias ocasiones. El penalti que paró al empezar el partido fue espectacular, no tanto por la primera parada, sino por lo rápido que se levantó del suelo cuando el rechace quedó suelto en el área para volver a lucirse al parar un tiro de Badstuber que parecía que se colaba dentro.
Minutos más tarde tuvo otros cinco paradones. Un tiro a bocajarro, un cañonazo de Pranjic, una gran oportunidad de Ribéry y un uno contra uno con Klose. Todas las ocasiones las desbarató. Y por si fuera poco, en la tanda final, le paró el penalti a Altintop y Braafheid. Es decir, fue realmente desequilibrante.
CR7 se cuela en el homenaje
El portugués estuvo en todas las batallas. Individualista, sí, pero luchador incansable. Era el único capaz de darle profundidad y velocidad al juego del Madrid. Él único que podía sorprender. Al principio del partido hubo un detalle que definió muy bien las ganas que derrocha. Franz Beckembauer hizo el saque de honor con los jugadores de los dos rodeándole pegados a la línea del círculo del medio del campo. El homenajeado le pegó suave a la pelota que casualmente rodó despacio hacia los pies de Cristiano, que no dudó en cogerla y empezar a hacer malabarismos con ella y luego mandarle un guiño al veterano defensa alemán. Era la casa de Beckenbauer, su momento tras 33 años y sin mala intención pero derrochando esa autoestima suya, Cristiano le robaba en ese momento parte del protagonismo al 'jefe' y de los aplausos de una grada que volvería a aplaudirle en dos ocasiones más a lo largo del partido pese a llevar la camiseta del equipo rival.
Viaje express
El Madrid apenas tuvo tiempo de disfrutar de esta victoria, porque terminado el partido tuvo que salir literalmente corriendo. Los jugadores llegaron al túnel de vestuarios a las 23:00 y su vuelo salía en una hora y cuarto y tenían que recorrer los 30 kilómetros que hay de distancia entre el estadio y la pista de despegue. Total, que todos a la carrera y casi sin cambiarse.
Hubo nervios en los organizadores de la expedición porque el aeropuerto cerraba, pero al final, ampliaron unos minutos el horario y el primer viaje serio de Mourinho al frente del Madrid terminaba sin sobresaltos, con la copa entre las maletas y con dos sensaciones: El Madrid empieza a ser un equipo rocoso como los que suele esculpir el portugués, pero le falta que le den una mano de pintura y de maquillaje para que sea más atractivo.