Primer aviso para La Roja
- La Argentina de Batista ha encontrado el control de su potencial
- Del Bosque asistió a su primera goleada en contra como seleccionador
- Los palos, la ausencia de hombres vitales y el acierto argentino fueron las claves
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Argentina tenía que resarcirse de la era Maradona y qué mejor escenario que en el Monumental de River y ante la vigente campeona del mundo, La Roja. Todo estaba listo para que la noche de Batista, -seleccionador en regente de la Albiceleste- tuviese su oportunidad para mostrale a su país que es válido para llevar a la bicampeona mundial al camino del éxito olvidado.
El que fue segundo de Maradona en el Mundial de Sudáfrica, demostró que él si conoce al equipo. Aparte de la casta que se le supone a los argentinos y los miles de aficionados que les arropaban en casa, Batista optó por una fórmula básica en el fútbol, que a su antecesor en el cargo se le pasó por alto. El centro del campo.
Argentina salió con un centro del campo poderoso y de calidad para combatir el toque de España. Los perros de presa de Maradona dejaron paso a la calidad de Cambiasso y Banega. Ambos jugadores sí saben qué hacer con el balón en los pies y eso lo agradecieron Messi, Tévez e Higuaín.
Mascherano volvió a hacer de cerrojo en el centro del campo, pero ya no tenía la responsabilidad de darle la pelota a los de arriba, ni estos se tenían que preocupar de bajar para buscar el balón. Ese matiz y una buena presión en la salida del juego, fue la clave de la holgada victoria ante España, que se vio superada y desbordada en los primeros minutos.
La Roja pecó de inoperancia en el comienzo del partido y dos perdidas de balón en el centro del campo, -uno de los puntos fuertes de esta selección- acabó con los tantos de Messi e Higuaín.
Del Bosque era consciente de la importancia de jugar ante una bicampeona del mundo, pero también del largo viaje y de la carga de encuentros, de unos jugadores que acaban de empezar la temporada. Por eso, hombres esenciales de este equipo como Xavi, Ramos, Capdevilla, Torres o Casillas se quedaron en el banquillo del Monumental.
Otro punto fuerte de España que hizo aguas, fue una zaga demasiado novedosa y poco acostumbrada a jugar junta. El único titular de la defensa fue Piqué. A su lado se encontraba el hasta ahora invicto durante 57 partidos seguidos, Carlos Marchena. Aunque ya no podrá presumir de ser el amuleto de La Roja.
Messi se quita la presión de Maradona
El lateral derecho se lo quedó Arbeloa y el izquierdo Monreal. Los dos jugadores estuvieron bastante flojos. Entre Messi, Tévez e Higuaín se encargaron de amargarles la noche de su titularidad.
Argentina salió con las ideas muy claras y a morder desde que el colegiado pitó el inicio del partido. El equipo se replegó bien, esperó su oportunidad con una presión asfixiante en el centro del campo y salió con mucha velocidad en las contras. Esto, unido a la falta de garra de una España que todavía estaba pensando en el Premio Príncipe de Astuarias, con el que ha sido galardonada, fue suficiente para el primer serio traspié de los campeones.
Messi también quiso formar parte de la gran fiesta de los argentinos, no sólo por marcar el primer gol, sino porque se mostró mucho más activo y suelto que en la era Maradona. Al jugador del Barça se le notó que no jugó con la presión de otros partidos. El diez de la Albiceleste disfrutó con el balón en los pies y por fin pudo disfrutar de la colectividad.
La Pulga dio muestras de estar más cerca del juego que realiza con el Barça, que del que estaba desplegando hasta hoy con la selección. El dúo Cambiasso - Banega fue la mejor noticia para que los aficionados argentinos pudiesen disfrutar por fin del mejor jugador del mundo.
Del Bosque asistía desde el banquillo a su gran derrota como seleccionador de España. Por primera vez desde que regenta la dirección del equipo, veía como sus chicos perdían el control del partido ante una Argentina totalmente diferente a la de Maradona. La Albiceleste ha encontrado el control de su potencial.
Sus estrellas más renombradas han conseguido marcar ante la campeona del mundo. Messi, Higuaín, Tévez y Agüero perforaron la meta de Reina y Valdés. Pero a pesar de que Argentina se merecía ganar, la mala suerte hizo que el marcador fuese más abultado de lo que se vio en el campo.
El error de Reina en el tercer tanto de Tévez, los tres lanzamientos al palo de la meta de Romero -dos de Villa y uno de Cazorla- y la ausencia desde el principio de hombres clave en España, acabaron con una goleada que sirve de aviso para un equipo que no debe desviarse del camino que le ha llevado a lo más alto del fútbol mundial.