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España también es una potencia mundial en piragüismo

  • Una jornada de ensueño mantiene a España como primera potencia mundial
  • Una apabullante España repite oro y plata en K-2 y C-2 y suma seis medallas
  • También consigue dos metales en sub-23 y una júnior

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Los españoles Walter Bouzán y Alvaro Fernández Fiuza (c), campeones del mundo en K-2, junto a los también españoles Jorge Alonso y Albert Corominas (i), segundos, y los checos Jakub Adam y Michael Odvarko, terceros, en el podio del K-2 masculino.
Los españoles Walter Bouzán y Álvaro Fernández Fiuza (c), campeones del mundo en K-2, junto a los también españoles Jorge Alonso y Albert Corominas (i), segundos, y los checos Jakub Adam y Michael Odvarko, terceros, en el podio del K-2 masculino.

Una jornada de ensueño, con cuatro embarcaciones que lograron el doblete, oro y plata, en K-2 masculino y C-2, ha permitido a España mantenerse como la primera potencia en el Mundial de piragüismo en la modalidad de maratón, con seis medallas sénior, dos sub'23 y una júnior.

La exhibición del asturiano Walter Bouzán y el gallego Álvaro Fernández Fiuza y el palentino Jorge Alonso y Albert Corominas en K-2 ha quedado constatada con el título que les acredita como campeones y subcampeones del mundo, respectivamente.

Lo mismo ha ocurrido en C-2, donde la hegemonía de los canoístas gallegos les han aupado a la medalla de oro, lograda por Oscar Graña y Ramón Ferro, y la plata, que ha correspondido a Diego Romero y Cristian Ribadomar.

El Mundial 2010, con participación de 34 países, ha deparado otras dos podios para el equipo español, sendas medallas de plata para el asturiano Manuel Busto, en K-1, y el gallego Tono Campos, en C-1.

En sub'23, el gallego Manuel Garrido revalidó el título mundial en C-1 y la castellano leonesa Eva Barrios, fue bronce en K-1. En júnior, Miguel Hernández, fue segundo en C-1.

Exhibición en el K-2

Los dos K-2 españoles llegaron juntos comandando la cabeza de carrera al primer porteo ante el entusiasmo de los más de 2.000 espectadores que presenciaban la regata en el lago de Bañolas.

El asturiano Walter Bouzán y el gallego Alvaro Fernández Fiuza, ganadores del Descenso Internacional del Sella 2010, y el palentino Jorge Alonso y el gerundense Albert Corominas exhibieron desde el inicio el talante colaboracionista encaminado a garantizar el podio de ambos barcos.

Sin concesiones y manteniendo la vitola de candidatos al podio, tras varios relevos, en los que colaboraban especialmente los checos, los españoles volvieron a presentarse ante el graderío al frente del primer grupo en el segundo porteo para llegar ambas embarcaciones tras la checa de Jakub Adam y Michael Odvarko al tercero.

La regata fue desde el inicio un control a cargo de los dos barcos españoles y del checo, a los que por momentos se unían los argentinos Pinta-Mozzicaffredo, y en ocasiones los integrantes de un segundo grupo, otras cuatro embarcaciones que nunca llegaron a descolgarse.

Con la mitad de la prueba disputada, el paso por el cuarto porteo mantuvo la dinámica de aplomo y contundencia con la que se comportaban Alonso-Corominas y Bouzán-Fiuza, que tiñeron de rojo el liderato de la regata, constatado también en el quinto y el sexto porteo.

El desenlace de la carrera se presentó con un sprint en el que Bouzán y Fiuza enfilaron la línea de meta con la seguridad que les proporcionaba poner fin a tantos kilómetros, sellando así una actuación de ensueño con la que ponen broche de oro a una temporada en la que han ganado todas las grandes citas de las largas distancias.

Tras ellos entraron en un cómodo segundo puesto Alonso y Corominas que certificaron el asentamiento del potencial español en la elite mundial, incluso cuando este año la selección tuvo que readaptar los dos K-2, uno por la baja del campeón del mundo zamorano Emilio Merchán, en cuyo lugar entró Bouzán, y el otro por la retirada del palentino Santiago Guerrero, al que sustituyó el catalán Albert Corominas.

Hegemonía gallega en C-2

En C-2, España también tiró de galones para copar los dos primeros puestos aprovechando la hegemonía que los canoístas gallegos ejercen en la especialidad.

La medalla de oro, lograda por Oscar Graña y Ramón Ferro, y la plata, que ha correspondido a Diego Romero y Cristian Ribadomar, ha certificado la actuación dominante del equipo español durante toda la regata, especialmente intensiva en las últimas de las seis vueltas que tenían que remar para completar una distancia de 25,6 kilómetros.