El Espanyol se condena en Anoeta
La Real Sociedad recuperó oxígeno con un apurado triunfo por 1-0 ante el Espanyol en Anoeta, donde los catalanes pudieron lograr el empate en el descuento aunque el portero chileno Claudio Bravo lo evitó. (Datos del partido)
Empezó fuerte la Real que estuvo muy cerca de marcar con Tamudo y Griezmann aunque también pudo encajar el de su rival, en una habilitación de Luis García al argentino Osvaldo que remató sin pensárselo aunque Bravo empezaría su gran noche.
Tamudo, muy motivado ante un ex equipo, fue el mejor recurso de los guipuzcoanos en este partido, con galopadas y toques de ingenio que no lograron su objetivo por muy poco, ya que el conocimiento rival también ayudaría a los defensas españolistas en algunas acciones.
A siete minutos para el descanso y con el conjunto barcelonés presionando la Real pudo marcar al conectar de cabeza Zurutuza un balón servido por Prieto, pero su remate salió acariciando el poste.
Apretó la Real en la segunda mitad, el Espanyol tuvo que replegarse y sufrió en las acciones a balón parado con el gigante Ansotegi, quien disfrutó de hasta tres ocasiones claras al anticiparse y rematar de cabeza muy cerca del gol.
Tamudo, tras otra gran oportunidad surgida de la nada, dejó su sitio a Joseba Llorente ya que se resiste Lasarte a utilizar al alimón a sus dos puntas, pero al final sería otro el cambio decisivo en el devenir del encuentro.
Faltaban cinco minutos cuando el holandés Sarpong, recién entrado en el campo, sacó un zapatazo en un libre directo que Kameni a duras penas despejó, con la mala suerte que repelió el rechace en su compañero Forlín y éste lo convirtió en el gol del triunfo local.
Claudio Bravo, ya en el tiempo de descuento y con el Espanyol volcado en el área contraria, hizo de salvador con dos intervenciones de alto nivel que evitó el empate que se veía venir.
Empate en La Romareda
El Real Zaragoza y el Sporting de Gijón firmaron una igualada que no sirvió para aliviar la delicada situación de uno y otro en la clasificación, con los gijoneses que se vieron con los tres puntos en su poder y que vieron cómo el equipo local, con diez, le igualó en cuatro minutos. (Datos del partido)
Sinama Pongolle vivió la contradicción de reencontrarse con el gol por partida doble, ya que a la afición zaragocista no le gustó que le reclamase más apoyo cuando anotó el primero. Pasó de "villano" a casi héroe en sólo cuatro minutos, ya que el resto de tiempo que estuvo sobre el terreno de juego no terminó de ganarse el apoyo incondicional de sus seguidores.
A pesar de la tensión acumulada en el comienzo por los zaragozanos por su condición de colistas sobre el terreno de juego mantuvieron el tipo y no dieron opciones para que su rival pudiese sorprenderles, a la vez que buscaban como mejor opción los lanzamientos desde fuera del área.
El peligro de los zaragocistas llegaba en lanzamientos lejanos que se resolvían sin mayores sobresaltos para Juan Pablo, hasta que superada la media hora, en una falta en apariencia intrascendente que sacaron con rapidez los rojiblancos sobre el lateral, Lora profundizó y su centro lo desvió Obradovic que dejó a Toni Doblas impotente para poder impedir que el balón se colase en sus mallas. Era el primer balón que los gijoneses enviaban sobre los tres palos y se hacían con un inapreciable botín.
Había que hacer algo y Gay lo intentó dando entrada al delantero Braulio en sustitución de Obradovic para buscar con mayor intensidad la portería rival. La realidad se tornó mucho más cruda con sólo minuto y medio transcurrido en un balón largo a David Barral que le ganó en carrera a un Jiri Jarosik, muy lento e impotente que vio cómo se le escapaba su rival y ya dentro del área derribó al delantero gijonés. El checo cogió el camino del vestuario y el penalti lo transformó en el segundo tanto Diego Castro.
La desesperación llegó a la grada que empezó a dirigir sus gritos hacia el palco. Los hombres de Gay, con uno menos sobre el terreno de juego, sin embargo no bajaban los brazos y una combinación de Ánder Herrera con Sinama Pongolle les permitió acortar distancias con un potente remate que superó a Juan Pablo.
El gesto de la celebración del francés no gustó a la grada que empezó a pitarle cada vez que tocaba el balón, pero un rápido contragolpe de Gabi lo concluyó con un certero remate que servía a su equipo para restablecer la igualada en el marcador. El partido se desbocó con un Zaragoza que empezaba a creer en sus opciones de ganar y un Sporting que no terminaba de asimilar que pudiese escurrírsele entre las manos una victoria que ya pensaba tenía en su poder.