Rooney contradice a Ferguson sobre su tobillo
- El delantero del Manchester niega haber tenido problemas de tobillo
- Fue la razón para que Ferguson no lo llevara a Valencia
- El United se plantea venderlo al finalizar la temporada
Un día después de que el diario 'AS' asegurara que Wayne Rooney se ponía "a tiro" del Real Madrid, el delantero del Manchester United contradice a su entrenador, Alex Ferguson, al negar que haya tenido problemas con su tobillo en lo que va de temporada.
Las revelaciones se enmarcan en el proceso de renovación de la estrella inglesa, que finaliza su contrato en junio de 2012 y aún no ha dado el sí a su actual club. Sus problemas de disciplina y los escándalos extradeportivos complican la operación.
El tobillo fue el argumento que dio Ferguson para no convocarlo ante el Valencia en la segunda jornada de la Champions League en Mestalla. Pero cuando fue preguntado Rooney tras el empate de Inglaterra contra Montenegro, éste lo negó y agregó que no lo había tenido en toda la temporada.
El 1 de octubre, el técnico informó de que se había modificado el pronóstico y que Rooney podría jugar contra Montenegro aunque expresó su frustración cuando le preguntaron por la naturaleza exacta de la lesión. "¿Es que queréis que describa cada ligamento? ¡Por Dios!", exclamó entonces Ferguson.
Tras el partido frente a Montenegro, Rooney dijo haberse sentido en buena forma y aseguró que no se había perdido ningún entrenamiento en los dos últimos meses.
Ferguson prescindió ya de Rooney en el partido contra el Everton del 11 de septiembre poco después de que estallara un escándalo por las revelaciones sobre la vida privada del jugador.
Rooney, que cumple este mes 25 años y se ha perdido once partidos de su equipo en lo que va de temporada, no ha firmado aún la renovación de su contrato, que está en vigor esta temporada y la siguiente.
Según el diario 'The Independent', si Rooney no firma un nuevo contrato a final de temporada, el United podría tener que estudiar seriamente la posibilidad de venderlo en lugar de arriesgarse a perderlo a cambio de nada el verano siguiente.