La Comisión de Ética de la FIFA estudiará este jueves la posible compra de votos
- Para aclarar si dos miembros del Comité Ejecutivo han violado el Código Ético
- El artículo 11 del documento señala que "los oficiales no aceptarán sobornos
La Comisión de Ética de la FIFA se reunirá este jueves en Zúrich después de iniciar la instrucción de un procedimiento para aclarar si dos miembros del Comité Ejecutivo han contravenido el Código Ético de la federación en el proceso de candidaturas para los mundiales de 2018 y 2022.
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, comunicó por carta a los miembros del Ejecutivo la apertura de una profunda investigación después de que el diario británico "Sunday Times" denunciara que altos cargos de FIFA estarían dispuestos a favorecer a una candidatura aspirante a organizar el Mundial a cambio de sobornos.
La Comisión Ética, que preside el ex jugador suizo Claudio Sulser, se reunirá mañana después de que la FIFA le pidiera "encarecidamente" que llevara a cabo "cuantas acciones estime oportunas", incluidas la adopción de medidas provisionales.
El diario publicó el 17 de octubre una información que mostraba a varios directivos dispuestos a comerciar con su voto cuando un grupo de periodistas se hizo pasar por empresarios que querían apoyar la candidatura de Estados Unidos, haciendo hincapié en que actuaban al margen de la campaña oficial de este país y antes de que anunciara que sólo optará al Mundial de 2022.
En un vídeo grabado por el periódico, el nigeriano Amos Adamu, miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA que votará las sedes de ambos campeonatos el 2 de diciembre, pide 500.000 libras (unos 571.000€) -la mitad por anticipado- que invertiría en "un proyecto personal" de construcción de campos artificiales en su país.
Otro directivo que ofreció su voto a cambio de dinero, en este caso para construir una academia deportiva, fue uno de los ocho vicepresidentes de la FIFA, el francés Reynald Temarii, presidente de la Confederación de Fútbol de Oceanía, quien además aseguró a los reporteros que había recibido ofertas de entre 10 y 12 millones de dólares por parte de otros dos países candidatos.
La FIFA confirmó que el hecho de pactar el voto, tal y como se imputa en la información publicada, "constituye una clara infracción de las bases del registro de candidatura y de su Código Ético". El artículo 11 de dicho documento señala que "los oficiales no aceptarán sobornos; lo que implica que rechazarán el ofrecimiento, la promesa o el otorgamiento de un obsequio o cualquier otro beneficio que suponga una contravención de sus deberes o un comportamiento deshonesto en beneficio de terceros".
También señala que "está prohibido que sobornen a terceros, o bien inciten o instiguen a terceros a incurrir en el soborno con la finalidad de obtener beneficios personales o para terceros".
La FIFA aprobó en su congreso de 2006 en Múnich la creación de la Comisión de Ética, como tercer órgano jurisdiccional independiente, además de la Comisión Disciplinaria y la Comisión de Apelación.
Dicha comisión, que puede tomar decisiones y dictar las sanciones que estime oportunas en conformidad con el Código Ético de la FIFA, es la encargada de supervisar el proceso de candidatura de los mundiales de 2018 y 2022, para garantizar el respeto de la deportividad y el Código Ético.
Claudio Sulser, que es abogado y jugó en clubes como el Vevey-Sports, el Grasshopper y el Lugano, además de ser internacional con la selección de Suiza en 49 ocasiones, es su presidente desde que el ex atleta británico Sebastian Coe (primer presidente) renunciara al cargo a principios de este año para incorporarse a la candidatura de Inglaterra.
Junto a Sulser, forman parte de la Comisión el namibio Petrus Damaseb, el camerunés Gabriel Abossolo, el panameño Ariel Alvarado, el colombiano Jorge Iván Palacio, el uruguayo Juan Pedro Damiani, el senegalés Abdoulaye Mokhtar Diop, el estadounidense Burton K. Haimes, el alemán Günter Hirsch, el australiano Les Murray, el francés Dominique Rocheteau, el papú Roosje Suwae, el indonesio Dali Tahir, el noruego Sondre Kaafjord y Robert Torres, de la isla de Guam.